La explosión de un cigarrillo electrónico causó la muerte de un hombre de 38 años en Florida (Estados Unidos), el pasado 5 de mayo. Se trata del primer fallecimiento de este tipo del que se tiene conocimiento en el país.

El cuerpo de bomberos fue quien encontró el cadáver de la víctima, Tallmadge D’Elia, en su salón, después de que fueran alertados por el incendio que provocó la deflagración.

Según la cadena CBS, la autopsia, que se hizo pública el pasado 15 de mayo, confirma que el hombre falleció a consecuencia del impacto de varias piezas del cigarro en su cráneo, que actuaron como "proyectiles". La víctima también presentaba quemaduras en el 80% de su cuerpo.

Al parecer, el fallecido se había propuesto dejar de fumar y para ello adquirió el cigarrillo electrónico.

Una cigarrillo modificado

Aunque todavía no está clara cuál fue la causa de la explosión, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) apunta a que podría deberse a un problema de la batería del aparato.

La marca a la que pertenecía el cigarrillo era Smok-E Mountain, cuyo fabricante tiene sede en Filipinas, según informó el diario local 'Tampa Bay Times'. Según apuntan otros medios, podría tratarse de un dispositivo 'MOD', un modelo con una batería más grande de las que poseen los cigarrillos estándar.

Sin embargo, este no es el único incidente provocado por este tipo de dispositivos, aunque sí uno de los más graves. De acuerdo con diversos medios estadounidenses, entre el 2009 y el 2016 han explotado o se han incendiado al menos 195 cigarrillos. Durante ese periodo, las explosiones causaron 133 lesiones, 38 de ellas graves.

Para evitar sustos, la FDA recomienda comprar aparatos con garantías de seguridad, no cargar los dispositivos durante la noche, utilizar solo baterías y cargadores autorizados y originales y evitar llevarlos en el bolsillo junto a otros objetos metálicos.