El autor del atropello múltiple en Münster tenía intenciones suicidas

Mientras los motivos que condujeron a Jens R. a cometer en la ciudad alemana de Münster un atropello masivo y causar la muerte de dos personas y heridas de consideración a otras 20 continúan siendo un misterio, la policía alemana comunicó ayer que tenía al parecer intenciones suicidas. Tras "descartar la existencia de indicios de una motivación política del autor y la presencia de posibles cómplices", el presidente de la policía de Münster, Hajo Kuhlisch, comentó que "tenemos, sin embargo, indicios de que las causas para la ejecución de los hechos se encuentran en su personalidad". Kuhlisch reveló que Jens R. envió a finales de marzo un correo electrónico a un vecino en el que desarrollaba "pensamientos suicidas". Este último alertó a la policía, que no pudo localizarle en ninguna de sus tres viviendas -además de la de Münster en Westfalia, tenía otras dos en Dresde y Pirna, en el estado de Sajonia.

El jefe policial reveló que este diseñador industrial de 48 años se encontraba en el momento de los hechos en contacto con las autoridades sanitarias por problemas psicológicos. Tenía antecedentes por amenazas, darse a la fuga tras provocar un accidente, vandalismo y estafa, si bien nunca llegó a ser condenado en los procesos judiciales de esas causas. El diario 'Die Welt' asegura que en su vivienda en Pirna la policía encontró un manuscrito de 18 páginas con un pseudo balance de su vida en el que confiesa los graves problemas que tuvo en su infancia con sus progenitores, revela complejos de culpabilidad, crisis nerviosas y serios problemas psicológicos.

Vecinos en Münster del autor del bestial atropello señalaron que su carácter empeoró a raíz de un accidente sufrido hace pocos años. El hombre cayó por las escaleras de su edificio y sufrió graves lesiones que le dejaron secuelas. Jens R. llegó a demandar a una familia vecina a la que culpaba de haber dejado en la escalera el objeto con el que tropezó. Cuentan los vecinos que desde entonces se le veía poco, que desaparecía durante semanas a bordo de la furgoneta Volkswagen preparada para hacer turismo con la que el sábado cometió el atropello. "Tenía problemas para asumir la realidad y sufría manía persecutoria", asegura en 'Spiegel Online' uno de sus vecinos, un anónimo padre de familia, que oyó a Jens R. quejarse de que los médicos "le habían convertido en un inválido y que era víctima de una conspiración". El testigo no encuentra explicación a su actuación: "cuando alguien amenaza con suicidarse nadie puede esperar que tenga intención de cometer un atentado".