Año Nuevo en Irán, de la mano de dos aragoneses

Los zaragozanos Borja Juan Morera y Lucia Estella han celebrado la entrada del año 1397 del calendario persa.

Año Nuevo en Irán.
Año Nuevo en Irán, de la mano de dos aragoneses

El calendario persa o iraní, actualmente oficial en Irán y Afganistán, es un calendario solar en el que el año comienza con el equinoccio de primavera, es decir, cada 21 de marzo. Este año celebran la entrada del año 1397 del calendario persa?. Los zaragozanos Borja Juan Morera y Lucia Estella, han celebrado el ‘Qom- Nowruz’, o Año Nuevo persa, una fiesta que se prolonga durante 15 días.

Los jóvenes, que se encuentran tras el ‘Proyecto Pandora’, decidieron que era un destino ideal para continuar con su trabajo audiovisual. Tras permanecer varias horas en el Aeropuerto de Teherán tratando de arreglar algunos temas burocráticos, por fin la segunda noche aterrizaron en Qom, una de las ciudades más espirituales y conservadoras de Irán. “Estamos durmiendo con una familia iraní formada por dos hermanos y una madre que están celebrando el año nuevo, la verdad es que nos han acogido como a parte de la familia”, explica Estella.

“Siempre intentamos buscar destinos exóticos y poco deseados para la mayoría. Éramos conscientes de que muchos se iban a llevar las manos a la cabeza al contar la decisión de viajar a Irán ya que la mayoría de los países de la zona oriental se asocian a peligro, terrorismo, guerra...”, añade.

Sin embargo, aseguran que querían descubrir lo que escondía detrás de todo esto. “La realidad es que Irán es la joya de la corona musulmana, con ruinas que se remontan a la época de Alejandro Magno, Ciudades Oasis que forman parte de la ruta de la seda  donde Marco Polo escribió muchas de sus memorias, una arquitectura gloriosa… y eso sin hablar de su gastronomía”, añade.

Además, “y para sorpresa de muchos”, como indica Morera, “está considerado por muchos como el país más hospitalario del mundo, algo que, sumado a su reciente apertura a un turismo muy reducido, lo convirtieron en un destino ideal para nosotros”, asegura el joven. Uno de sus principales objetivos era, sobre todo, llegar antes de que se produzca una masificación del turismo en la zona: “En 2014 Irán recibió 5 millones de turistas. Para 2025, se calculan 20 millones”.

Han transcurrido apenas unas horas desde su aterrizaje en el país, sin embargo, los zaragozanos se muestran tranquilos e ilusionados con lo que les queda por delante. “Irán es un país que se presta a esta improvisación”, asegura Morera, mientras explica que han encontrado los alojamientos de las primeras noches –de un total de 10 que durará su estancia- a través de varias aplicaciones de intercambio de casa.

Por su parte, Estella relata como tuvo que adquirir varias prendas antes de abandonar España para adaptarse a los códigos de vestimenta del país.  “Aquí, las mujeres tanto iranís como turistas, no pueden mostrar los tobillos, ni tampoco los brazos por encima del codo, debiendo llevar siempre la cabeza cubierta con pañuelo llamado Hiyab o una túnica más larga llamada Chador. Los hombres tienen menores restricciones, aunque no puedan ir en tirantes o llevar pantalón corto por encima de las rodillas”, añade.

El resto de días transitarán por algunas ciudades oasis ubicadas en el desierto como Kashan o Yadz, y pretenden otras como Esfahan o Shiraz. “Muy cerca de esta última, se encuentra Persépolis, la antigua ciudad persa construida en el 330 a.C., la cual aún se conserva prácticamente intacta con el paso del tiempo”, afirma Morera.

Una serie documental

Tras realizar un acercamiento al formato audiovisual con su viaje a Etiopía, del cual saldría una serie documental de 17 piezas colgadas en su canal de Youtube, los jóvenes aseguran que repetirán la experiencia. “Trataremos de romper los falsos estereotipos de la mano de personas, testimonios y experiencias a lo largo de nuestra aventura”, asegura Morera.

“También tenemos en mente hacer un documental sobre el papel de la mujer en este país y las sensaciones que siente Lucía aquí, teniendo que vestirse y comportarse según las normas iraníes”, explica el joven, que, sin embargo, advierte que es muy complicado transmitir la verdadera esencia de una experiencia a través de un trabajo audiovisual: “por mucho que hagamos, lo que estamos viviendo es prácticamente imposible de contar, hay un montón de detalles que se escapan a la cámara o incluso a las palabras”, concluye.

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