Caso Skripal: qué sabemos y qué puede suceder

El envenenamiento del exespía y de su hija en el Reino Unido tensará aún más las relaciones de Occidente con Rusia

Personal militar británico con trajes especiales, en la investigación del ataque.
Personal militar británico con trajes especiales, en la investigación del ataque.
Adrian Dennis/APF

¿Quién era Sergei Skripal?Nacido en el enclave ruso de Kaliningrado en 1951, Skripal se alistó en el Ejército ruso y en 1979 participó en la invasión de Afganistán. Después pasó al servicio de inteligencia de su país, donde trabajó en Europa como espía bajo el 'disfraz' de diplomático. Sin embargo, las autoridades rusas descubrieron más tarde que en realidad colaboraba como agente doble con el Reino Unido. Fue acusado de delatar a compatriotas suyos al MI6 británico a cambio de dinero; su información, según la agencia pro-Kremlin Izvestia, sirvió para desbaratar docenas de operativos del espionaje ruso.

Su arresto -filmado- se produjo en 2004. Fue condenado por alta traición a 13 años en un campo de trabajo en Mordovia. Pero en 2010 fue liberado como parte de un intercambio de prisioneros. Junto a su mujer, Liudmila, y sus hijos, Alexander y Yulia, se estableció en la localidad de Salisbury porque -según la BBC- "le gustaba la zona". En este tiempo, Skripal ha perdido a su esposa y a su hijo Sasha (la muerte de este, en 2017 en San Petersburgo, estuvo envuelta en sospechas)

¿Qué sucedió?Yulia -de 33 años- vivió inicialmente con sus padres, pero regresó hace un tiempo a Moscú porque lo echaba de menos. En los últimos meses han sido frecuentes sus visitas a Salisbury para estar junto a su padre, ante la cercanía de la muerte de su hermano.

El domingo 4 de marzo, un policía británico encontró a ambos inconscientes en un banco junto a un centro comercial de la ciudad. Según los testigos, acababan de salir de comer de un restaurante de la cadena Zizzi. Skripal y su hija fueron trasladados inmediatamente en el hospital, y ya entonces saltaron las conjeturas de un posible envenenamiento. El mismo agente que dio la voz de alarma tuvo que ser ingresado y sometido a intensos cuidados.

¿Cuál fue la causa?La causa del suceso se confirmó poco después: en el restaurante se encontraron trazas de un agente nervioso destinado a acabar con la vida de ambos. Aparentemente, nadie más resultó intoxicado.

Un agente nervioso es un compuesto químico altamente tóxico que colapsa el sistema nervioso; un ejemplo a pequeña escala -para el ser humano- sería la muerte de una mosca mediante un insecticida. Lo más habitual es encontrarlo en estado líquido, aunque tanto polvo como gas son formas posibles. El sarín y el VX son probablemente los más conocidos. Debido a su peligrosidad, es habitual relacionar su uso con los Estados, más que con organizaciones o terroristas aislados.

¿A quién acusa Theresa May?La sombra del Kremlin ha estado desde el principio detrás del suceso, algo que Rusia ha rechazado enérgicamente y ha tachado de “propaganda”. “Si se confirma que hay un estado extranjero detrás, va a ser algo muy grave y vamos a responder en consecuencia”, afirmó días atrás el ministro de Finanzas británico, Philip Hammond. Los ‘tories’ han presionado a Theresa May, a que hiciera públicas las investigaciones policiales. Y este lunes, la propia ‘premier’ británica ha dicho en el Parlamento que es “altamente probable” que Moscú esté detrás del ataque al exespía y su hija. Según May, el agente nervioso empleado sería Novichok, desarrollado por la Unión Soviética en los setenta y ochenta del pasado siglo.

¿Qué consecuencias puede tener?La respuesta diplomática se da por hecho; la cuestión es hasta dónde llegará. La expulsión del embajador ruso -que probablemente diese lugar, como contrapartida, a la del embajador británico en Rusia- introduciría las relaciones entre Londres y Moscú en el congelador, algo que puede tener consecuencias graves. Es posible también que May busque apoyo de sus -aún- socios comunitarios, aunque el ‘brexit’ enrarece el contexto.

Todas las miradas se han puesto en el Mundial de fútbol de Rusia, que se celebra este verano. El ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, ya coqueteó días atrás con la posibilidad de que la selección inglesa boicotease la cita, pero reculó poco después.

Aunque Rusia ya está sometida a una batería de sanciones económicas de la Unión Europea, May podría actuar para endurecerlas, o instar a Bruselas a que haga lo propio. Por último, a nivel estratégico, la primera ministra podría recurrir incluso a la OTAN, que ya está desarrollando una iniciativa cerca de la frontera rusa, y que juega además con la posibilidad de acelerar la aceptación de Ucrania como miembro de la organización.

¿Hay antecedentes?“Ningún otro gran actor emplea el asesinato de forma tan sistemática y despiadada como lo hace Rusia contra los que se considera que traicionan sus intereses en el extranjero”, ha afirmado ‘The New York Times’.

Y es que hay incontables sospechas de muertes relacionadas con Moscú o con el entorno de Putin. El antecedente más obvio es el caso de Andrei Litvinenko, exespía y convertido en opositor de Putin que murió en Londres en 2006 envenenado con polonio. Como Skripal, Litvinenko trabajó para el MI6. El Kremlin rechaza estar involucrado también en este suceso.

Más recientemente, dos altos cargos rusos involucrados en la denuncia del escándalo de dopaje fallecieron en su país de forma inopinada. Un tercero, Grigory Rodchenko, decidió huir a Los Ángeles. Mientras, un antiguo aliado de Putin, Mikhail Y. Lesin, fue hallado sin vida en un hotel de Washington en 2016; aunque se habló de un ataque al corazón, las autoridades lo tratan ya como una muerte no natural.

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