Angela Merkel y Martin Schulz confirman un preacuerdo para una gran coalición alemana

Ambos admitieron que en la negociación hubo "momentos turbulentos", pero aseguraron que nunca llegó "al borde del fracaso".

Angela Merkel y Martin Schulz .
Angela Merkel y Martin Schulz ante la prensa este viernes.
Afp

Alemania tendrá más de lo mismo. Tras un agotador maratón de más de 24 horas de intensas y esforzadas conversaciones, los conservadores que lidera Angela Merkel, y los socialdemócratas que preside Martin Schulz anunciaron un principio de acuerdo para renovar la 'gran coalición' que gobernó el país la pasada legislatura y lo hace de manera interina desde las elecciones legislativas del pasado 24 de septiembre. Las dos grandes fuerzas del país alejan pues el peligro inmediato de ir a nuevas elecciones, aunque no se espera la formación de un nuevo gobierno antes de la primavera.

Fue necesaria una noche en vela para que la Unión de cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) se pusieran de acuerdo en un texto de 28 folios que será la base para negociar una nueva alianza, la tercera 'gran coalición' en las cuatro legislaturas consecutiva de Angela Merkel. "Es un documento en el que se da y se toma, como debe ser para cubrir ampliamente los intereses de nuestra sociedad", dijo Merkel en la comparecencia conjunta con Schulz y con Horst Seehofer, presidente de la CSU y primer ministro de Baviera. "La gente quiere que el país funcione", afirmó la canciller.

"Creo que hemos alcanzado resultados extraordinarios", expresó a su vez Schulz, quien aseguró que el acuerdo suscrito con los conservadores "tiene el mayor número de contenidos rojos posibles". No menos de 60 acuerdos aseguran haber impuesto los miembros de la delegación negociadora del SPD a sus futuros socios de CDU/CSU, como la creación de una renta básica para los jubilados, el mantenimiento del nivel de las pensiones hasta 2025, el derecho al retorno a la jornada completa tras trabajar en la reducida para criar hijos o atender a familiares enfermos y la financiación paritaria del seguro de enfermedad.

Pero los socialistas fracasaron también a la hora de imponer objetivos que habían calificado previamente de innegociables.

Cuota de refugiados

Los conservadores lograron imponer una cuota máxima de refugiados de entre 180.000 y 220.000 peticionarios al año y limitar el derecho de reagrupación familiar de asilados con estatus de protección restringido. Pero también la creación de centros de concentración para peticionarios de asilo y un aumento del número de policías, entre otras medidas para incrementar la seguridad interior.

No habrá subidas de impuestos, ni se cuestionará el endeudamiento-cero presupuestario que practica el Gobierno alemán desde hace un lustro; y el superávit de 40.000 millones de euros que se espera en los próximos años ante la bonanza económica que registra el país será dedicado a inversiones en educación e infaestructuras.

Merkel subrayó que los cambios vertiginosos que trae consigo la digitalización obligan a la política a actuar con celeridad y a buscar el diálogo claro con sus ciudadanos. La canciller reconoció que toda planificación se debe acelerar para invertir con rapidez en vivienda, el cambio energético y la modernización de las redes. Unos y otros están convencidos además de que es necesario refundar la Unión Europea y apoyar al presidente galo, Emmanuel Macron, en sus iniciativas para reformarla. "Por eso no dudo de que encontraremos vías comunes con ese objetivo precisamente con Francia", subrayó la jefa del Gobierno germano.

Merkel, Seehofer y Schulz subrayaron que los 40 miembros de las delegaciones de los tres partidos implicados en los contactos previos aprobaron unánimemente el documento final. Hasta Seehofer se mostró "muy satisfecho" con el resultado de los sondeos, que tuvieron su últma y mas agotadora jornada en la Willy Brandt Haus, la sede del SPD en la capital alemana. Seehofer subrayó que la ejecutiva de su partido aprobará previsiblemente en una reunión el lunes próximo el documento para avanzar hacia una gran coalición.

Tampoco Merkel tendrá problemas para que la directiva de la Unión Cristianodemócrata dé luz verde al principio de acuerdo. Más complicado lo tienen lo socialdemócratas, cuyas bases se resisten a una reedición de la 'Grosse Koalition' (la temida 'Groko', que hasta ahora solo les ha traido descalabros electorales). El propio Schulz anunció tras las elecciones de septiembre que su partido lideraría la oposición. Sin embargo, la responsabilidad de Estado tras el fracaso de las conversaciones para formar gobierno entre conservadores, liberales y verdes obligó al SPD a replantearse la posibilidad de un nuevo 'matrimonio forzado' con CDU/CSU.

La ejecutiva socialdemócrata aprobó el acuerdo alcanzado este jueves, pero será un congreso extraordinario el próximo 21 de enero el que decida si el SPD puede pasar a negociaciones concretas con los conservadores para una gran coalición. El ala izquierda del mas antiguo partido alemán, pero también las Juventudes Socialistas, hacen abiertamente campaña contra la "GroKo". Un 'no' del congreso supondría el fin de Schulz y la mayor parte de la ejecutiva socialdemócrata. Por eso se considera improbable ese resultado. La prueba de fuego para los dirigentes del SPD llegará tras las negociaciones para un programa conjunto de gobierno con los conservadores que podrían concluir a mediados de febrero. Entonces deberán ser los cerca de medio millón de afiliados a la socialdemocracia alemana los que decidan en una consulta interna si aceptan prorrogar la gran coalición.

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