La Navidad y otras historias en los suburbios de chabolas de Bangkok

Joseph Maier se dedica a educar a los niños de la calle al tiempo que escribe relatos inspirados en sus historias.

La Navidad y otras historias en los suburbios de chabolas de Bangkok
La Navidad y otras historias en los suburbios de chabolas de Bangkok
Efe

Cuando llega la Navidad, el padre Joseph Maier suele contar a los niños de los suburbios de chabolas de Klong Toey en Bangkok que Jesús podía haber nacido cerca de las viejas vías del tren que pasan por su barrio.

Desde hace 47 años, el sacerdote católico vive en la pobre y dinámica comunidad de Klong Toey, donde se dedica a educar a los niños de la calle al tiempo que escribe relatos inspirados en sus historias de abuso sexual, drogas, sida y esperanza.

"Puedes encontrar la Navidad cerca del matadero, en el área de drogas de los bloques uno, dos, tres, donde la belleza es áspera y real. Y la gente puede asentir con sus cabezas y decir, sí, Jesús pudo haber nacido aquí", escribe Maier en su relato 'La Natividad vista en Klong Toey'.

El religioso, nacido en el estado de Washington (EE. UU.) en 1939, llegó a Tailandia a finales de los años 60 y convivió con las comunidades católicas en el noroeste del país y en Laos, de donde tuvo que salir debido a la guerra.

En 1972, fundó junto con la monja María Chantavarodom el centro Mercy-Fundación para el Desarrollo Humano en los suburbios de Klong Toey, donde atiende y ofrece escolarización a niños de familias humildes, huérfanos, inmigrantes, víctimas del tráfico humano o con sida.

En el centro Mercy, decenas de niños de preescolar cantan villancicos en el campo de baloncesto antes de iniciar las clases, decoradas con adornos navideños.

El cura reconoce que los niños rezan y asisten a misa, pero el centro no intenta forzar la religión en los menores, entre los que se cuentan budistas, cristianos y musulmanes.

"¿Cómo se deletrea Jesús? ¿J-e-s-ú-s? ¿Cómo se deletrea Buda? ¿B-u-d-a?", dice Maier en una entrevista que interrumpe para atender asuntos como la factura para acabar con una plaga de ratones causada por la basura en las calles.

"Si los niños rezan, con el incienso, y se arrodillan delante de Buda y dicen Ave María, está bien, son palabras sagradas", afirma el misionero, quien pronuncia las últimas palabras en su español aprendido en la frontera mexicana.

Recuerda que la Navidad no es festivo en Tailandia, por lo que en el centro celebra una misa el domingo anterior en la que explican a los niños quiénes fueron Jesús, María y José.

"Les dices que Santa Claus fue un santo y fue un obispo santo hace mucho tiempo que ayudó a los niños", asevera Maier unos minutos antes de que los niños suspendan las clases para almorzar "khao tom", una espesa sopa de arroz con carne y verduras.

El centro Mercy está rodeado de callejuelas de chabolas con cables colgando a menos de dos metros del suelo y restos de basura en las esquinas, así como algunos bloques de apartamentos donde viven por lo general familias humildes.

La pequeña comunidad católica en Klong Toey nació en torno al matadero de cerdos, donde trabajaban principalmente cristianos, ya que es un trabajo que rechazan tanto budistas como musulmanes.

"El matadero cerró hace dos o tres semanas", señala Maier, quien afirma que trabajar con los pobres es un "honor" y que hay que recibir antes su permiso.

Algunos de los relatos del religioso transcurren en torno a este matadero, como las aventuras del niño de la calle Ben 'Cola de León', quien solía dormir entre los cerdos, abandonado por sus padres, y que sobrevivió a la dureza de la cárcel.

"Nuestra señorita Chompu es valiente y picante -como las guindillas tailandesas-. Aún con VIH/sida, está rebosante de vida", relata en 'El roce con la muerte saca lo mejor de nuestros niños'.

Las historias del padre Maier también recogen, en medio de la adversidad y la pobreza, algunas victorias y sonrisas de estos pequeños guerreros de la calle.

Mercy cuenta en Tailandia con 23 centros de preescolar a los que acuden más de 2.400 niños de los suburbios y un proyecto en el mar de Andaman de ayuda a escolares moken, una comunidad de pescadores nómadas o seminómadas.

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