Un año de cárcel para el expresidente del hospital del Papa por malversación de fondos vaticanos

La fiscalía pedía 3 años de prisión. Según la acusación, el dinero malversado se habría usado para sufragar la reforma del ático en el que vive actualmente el exsecretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.

El tribunal del Vaticano ha condenado a un año de cárcel y a pagar una multa de 5.000 euros al expresidente del hospital pediátrico de la Fundación Bambino Gesù Giuseppe Profiti por haber desviado 422.000 euros procedentes de los fondos del hospital pediátrico Bambino Gesù.

La fiscalía pedía 3 años de prisión. Según la acusación, el dinero malversado se habría usado para sufragar la reforma del ático en el que vive actualmente el exsecretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone.

El otro imputado del caso, el extesorero de la institución Massimo Spina, ha sido absuelto por falta de pruebas.

Bertone --propietario del apartamento que supuestamente se reformó con fondos ilícitos-- no ha sido imputado por este caso. En el pasado, el portavoz oficial del Vaticano, Greg Burke, aclaró que por su condición de miembro del colegio cardenalicio no podría ser investigado por la justicia ordinaria, porque solo puede ser investigado por el Tribunal Supremo especial del Vaticano, el único competente para abrir una investigación contra él.

El caso comenzó a raíz de una investigación publicada por el periodista italiano Emiliano Fittipaldi, que fue absuelto por falta de competencia territorial por el Vaticano en el proceso por la filtración y publicación de documentos reservados en su libro "Avarizia". En su investigación, Fitipaldi revelaba que una parte de la reestructuración del ático, un espacio de unos 600 metros cuadrados más otros 100 metros de terraza, al que se mudó Bertone tras ser sustituido como secretario de Estado, fue pagada con 422.000 euros procedentes de los fondos de la Fundación Bambino Gesù, que recauda donaciones para el hospital.

Según apuntaron varios diarios locales, la reforma no fue facturada por la empresa Castelli Re, la encargada de efectuar la reestructuración del edificio, ya que quebró en julio de 2015. Los fondos fueron a parar a una sociedad británica con sede en Londres, LG Concractor, controlada por el propietario de Castelli Re, Gianantonio Bandera, amigo personal del cardenal Bertone.

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