La pobreza y la falta de previsión socavan a Haití frente a los desastres naturales

Por su parte, otros países como Cuba o República Dominicana tienen preparados operativos de seguridad.

El huracán Matthew ha devastado grandes zonas de Haití.
Consecuencias del huracán Matthew en Haití
Agencias

La intensidad con que los desastres afectan a los países está íntimamente relacionada con el nivel de vulnerabilidad que tiene su población, y en el caso de Haití golpea más por la pobreza y la falta de previsión.


Así lo dijo en una entrevista el jefe de la Oficina Regional de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR-Las Américas), con sede en ciudad de Panamá, el ecuatoriano Ricardo Mesa.


Haití fue golpeada por la fuerza devastadora del Huracán Matthew, cuyo ojo tocó tierra del país caribeño el pasado 4 de octubre y dejó a su demoledor paso un saldo todavía provisional de 546 fallecidos, 128 desaparecidos y 175.000 desplazados.


El pasado 10 de octubre, la ONU pidió 119,9 millones de dólares para asistir a los afectados por el ciclón, que estima en 2,1 millones personas.


Mena indicó que en esta isla caribeña existe mucho riesgo frente a los fenómenos hidrometeorológicos como las tormentas tropicales, huracanes, inundaciones, sequías, sismos y deslizamientos.


Históricamente, añadió, este país ha sido afectado con frecuencia ya sea por uno u otro de estos tipos de fenómenos y carece todavía de una cultura de preparativos de emergencia de la población.


Destacó que en muchos casos y en muchos países, como Cuba, se realizan estos preparativos con efectividad, pero "lamentablemente no es el caso de Haití en esta situación".


En Cuba, por ejemplo, señaló, se hicieron evacuaciones de la población a áreas seguras lejos de la zona de impacto directo del huracán, por lo que no hubo víctimas mortales, "en tanto que en Haití fueron muchas" y en República Dominicana cuatro.


"Lamentablemente, en Haití, este nivel de concienciación pública no existe, como tampoco existe de manera clara cuáles son los lugares seguros hacia donde la población debe dirigirse" para ponerse a salvo, expresó Mena, quien agregó que la pobreza del país lo hace más vulnerable a los embates de la naturaleza.


El funcionario de la ONU afirmó que Haití desafortunadamente es uno de los países mas pobres en el continente americano "y con una enorme cantidad de población viviendo bajo el límite de la pobreza extrema y en condiciones de muy alta de vulnerabilidad frente a un numero importante de amenazas a las que este país está expuesto".


Entonces, remarcó, "sumada la pobreza, la marginalidad, la alta vulnerabilidad de las personas, la precariedad de las viviendas en las que habitan en Haití frente a la amenaza de un huracán de categoría 4 con vientos acelerados de más de 200 kilómetros por hora: ahí está la fórmula de la tragedia en este caso".


Fuentes de organismos de socorro y autoridades locales aseguraban tres días después del paso de Matthew que las víctimas mortales sobrepasan las 800 personas, y la ONU advirtió de que la cifra oficial continuará aumentando aunque no cree que llegue al millar.


La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) precisó que Matthew afectó a 2,1 millones de personas, de las que 1,4 millones, entre ellas 592.581 niños, necesitan asistencia humanitaria. Según OCHA, 750.000 personas, incluyendo 315.000 niños, necesitan de urgencia ayuda humanitaria para los próximos tres meses.


Una de las grandes preocupaciones del Gobierno y organismos internacionales es un rebrote del cólera tras el ciclón, que ha provocado en Haití, según la ONU, la peor crisis humanitaria después del sismo de 2010 que dejó unos 300.000 muertos.


El jefe de la UNISDR dijo que la ruta a seguir para superar la situación de fragilidad de la isla caribeña frente a los desastres naturales es "seguir luchando para tratar de que Haití pueda tener niveles de desarrollo mayores y que un buen porcentaje de su población salga de la pobreza extrema".


Añadió que además hay que mejorar la calidad de la construcción de viviendas para hacerlas más resistentes a vientos huracanados, y trabajar en la concienciación y educación pública para reconocer las señales de alerta y acatar las disposiciones de las autoridades para ubicarse en zonas en las que estén debidamente protegidos.


Mena reconoció asimismo que en Haití "hay un camino largo por recorrer porque lo primero que hay que resolver es el problema de la pobreza", ya que, "dado el alto nivel de vulnerabilidad que existe y en la que habitan las personas, el país desafortunadamente va a seguir siendo impactado por estas amenazas de la naturaleza".

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