​Las familias refugiadas acogidas por el Vaticano se adaptan a Roma

Las dos familias acogidas viven en un edificio donde viven 80 personas, entre ellas varias familias sirias llegadas desde Líbano gracias a un "pasillo humanitario".

El Papa se vuelca con los refugiados de Lesbos
El Papa se vuelca con los refugiados de Lesbos

Los refugiados sirios traídos desde Lesbos a Roma por el papa Francisco van adaptándose a la vida en Roma y ya han tomado sus primeras clases de italiano, anunció el lunes a la AFP un portavoz de la comunidad de Sant'Egidio que los alberga provisionalmente.


Las tres familias musulmanas, con un total de seis hijos, dos de ellos adolescentes, disponen cada una de un pequeño apartamento en un edificio del barrio romano del Trastevere, no lejos de la sede de la comunidad.


En total, 80 personas viven en este edificio, entre ellas varias familias de sirios recientemente llegadas desde Líbano gracias a un "pasillo humanitario" puesto en marcha por Sant'Egidio y otras organizaciones religiosas, para hacer venir a varios cientos de refugiados bloqueados en Líbano.


En varios días o semanas, las tres familias invitadas por el papa se trasladarán a apartamentos más espaciosos en preparación en el Vaticano, donde se unirán a las dos familias de refugiados sirios cristianos acogida desde otoño.


Desde el domingo, los miembros de las tres familias "han tomados sus primeras lecciones de italiano. Ante ellos se abre una nueva vida. Ya han empezado a pasearse por el Trastevere, explicó el portavoz Maximiliano Signifredi.


Daniela Pompei, responsable de las "migraciones" en Sant'Egidio, dijo que a su llegada al centro de acogida, los sirios lo compararon con "un hotel cinco estrellas".


"No queríamos que estuvieran en un centro de la periferia de Roma para comenzar su integración", subrayó.


En conferencia de prensa por la tarde, celebrada en el patio de una escuela de lenguas de Sant'Egidio, las familias reiteraron su gratitud hacia el papa, "una persona maravillosa".


"Italia, es como un sueño", afirmó Hasan, de 30 años, al mismo tiempo que su esposa Nour jugaba tranquilamente cerca con su hijo de dos años, Riad.


A su lado, Osama, padre de tres niños, muy juiciosos y atentos, afirmó que el papa es "un milagro, el ángel que nos salvó". Actuó así porque "la paz no tiene fronteras", agregó.


"No elegí entre cristianos y musulmanes (...). Todos los refugiados son hijos de Dios", había explicado el papa en el avión que lo traía de regreso de una conmovedora visita a la isla griega de Lesbos, convertida el año pasado en la principal puerta de entrada a Europa.


Su situación administrativa aún no está resuelta. Llegados a Grecia antes de la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, a su llegada a Roma fueron examinados detenidamente para su identificación. Es probable que pidan el asilo en Italia.


Varios de los sirios recientemente acogidos hablaron a la prensa italiana. "Francisco nos ha devuelto la vida", aseguró Wafa, madre de dos hijos de seis y ocho años.

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