SUCESOS

El fiscal pide 48 años de cárcel para los atracadores de la sede del BBVA

Acusa a cuatro asaltantes por el robo frustrado, tenencia de armas y lesiones.

Uno de los atracadores, Benito Ortiz Perea, rodeado de la Policía tras ser detenido en el BBVA.
El fiscal pide 48 años de cárcel para los atracadores de la sede del BBVA
JAVIER BLASCO

La Fiscalía de Huesca considera que el atraco más espectacular que sacudió la capital altoaragonesa en enero de 2009 tuvo cuatro atracadores: los dos que estaban dentro de la sede del BBVA (Benito Ortiz Perea y Pedro Pilarces Tobías) que fueron arrestados allí, y los dos compinches que esperaban fuera del banco en una furgoneta (los hermanos Antonio Ortiz Perea y Pedro Ortiz Perea) y que se fugaron hasta que el primero fue detenido el pasado miércoles.

El fiscal estima que los cuatro acusados se concentraron para cometer el atraco de la entidad de la calle Zaragoza utilizando dos pistolas y asumiendo la realización de cualquier acto violento necesario para apoderarse del dinero ocultando la fisonomía.

Hacia las 13.30 del 13 de enero de 2009, Pedro Pilarces y Benito Ortiz entraron al banco cubiertos con gorras, pelucas y bigote postizo, y protegidos con un chaleco antibalas. Llevaban un arma Beretta modelo 8000 Cougar y una pistola Taurus modelo 6228CZJ, perfectamente aptas para ser utilizadas y cuyos números de fabricación estaban borrados.

Mientras tanto, "y siguiendo la división de tareas fijada entre los cuatro", los hermanos Antonio y Pedro Ortiz aguardaban en las inmediaciones del banco en un vehículo para que "una vez logrado el propósito criminal, abandonar los cuatro el lugar con las ganancias obtenidas".

El escrito de conclusiones detalla que Benito Ortiz se dirigió al mostrador de la caja y apuntó a los cajeros a la altura del pecho para que les dieran el dinero manifestándoles: "El dinero o te mato". Obtuvo en la zona de la "caja secreta" 37.446 euros y en un forcejo que se produjo con el cajero, el atracador realizó un disparo.

La reacción del vigilante

Su compañero del atraco, Pedro Pilarces, se mantenía en actitud vigilante y cuando se acercó el vigilante de seguridad del banco le avisó que iba armado. "Llevo un arma, pon las manos en el mostrador", le conminó el asaltante al tiempo que le golpeó en la cabeza. Empuñaba la pistola semioculta entre la ropa pero con el cañón a la vista para amedrentar a los trabajadores y clientes.

Pero el vigilante de seguridad no se asustó porque intentó arrebatarle el arma a Benito Ortiz cuando salía con el dinero de la caja, pelearon en el suelo y le golpeó por el compinche, Pedro Pilarces. El cajero y un cliente ayudaron al vigilante para reducir a los atracadores y en el forcejeo se produjo un segundo disparo hasta que llegó la Policía.

El fiscal pide tres años y cuatro meses a los acusados por el delito de robo con intimidación en grado de tentativa. Reclama otros dos años y seis meses de cárcel por la tenencia y porte de armas, además de dos años de prisión por cada uno de los delitos de lesiones cometidos, contra las tres víctimas que golpearon. A cada atracador pide doce años de prisión, unos como autores y otros como cooperadores necesarios.

El escrito del ministerio público detalla que el resultado de frenar el atraco para el vigilante de seguridad se tradujo en dos heridas incisocontusas y politraumatismos que tardaron en curar 14 días y le dejaron de secuelas dos cicatrices en el mentón y el occipital. El cajero sufrió una herida incisocontusa que tardó 196 días en curar además del tratamiento psquiátrico y una cicatriz resultante. El cliente que ayudó a abortar el atraco también tuvo una erosión en el antebrazo. En concepto de responsabilidad civil, el fiscal reclama a los cuatro atracadores la indemnización de 7.800 euros para el cajero, 3.000 euros para el vigilante y una cantidad a determinar en la sentencia para el cliente del banco que también sufrió las consecuencias. Después del reciente arresto de Antonio Ortiz, solo queda en rebeldía su hermano Pedro.