Tempura: cómo preparar el rebozado perfecto

Esta técnica, muy de moda en los últimos años, es perfecta para dar un toque original a platos de verduras o mariscos.

Con ingredientes tan básicos como agua, harina y huevo podemos obtener el crujiente perfecto.
Con ingredientes tan básicos como agua, harina y huevo podemos obtener el crujiente perfecto.
Pixabay

De todos es sabido que la fritura no es la elaboración gastronómica más saludable de nuestra cocina. Eso no significa que no pueda disfrutarse de vez en cuando, especialmente si se hace con aceite de oliva virgen extra, pues contiene menor porcentaje de ácidos grasos y mantiene sus propiedades antioxidantes.

Pan rallado, cereales, semillas… existen muchos alimentos para dar con el secreto de un buen rebozado, aunque en los últimos años, la tempura, a base de harina, se ha convertido en la favorita de grandes fogones y pequeñas cocinas, ya que es mucho más ligera que otras elaboraciones y combina a la perfección con verduras y pescados.

Para disfrutar, por ejemplo, de unos calçots en tempura con salsa romesco o de una tempura de tucas y trigueros con ravioli de huevo trufado, conviene dominar a la perfección esta técnica, pues se corre el riesgo de que el resultado final sea aceitoso y nada crujiente.

Consejos clave

Para preparar una buena tempura, es necesario harina, un huevo y agua muy fría (guardada en la nevera).

Primero, batimos el huevo y el agua, para después tamizar la harina y añadirla a la mezcla. Un buen truco es hacerlo sobre un bol con hielo, pues así nos aseguramos de que el rebozado se mantenga frío en todo momento. La textura debe ser semilíquida, por lo que hay que ir mirando las cantidades para que no se convierta en una masa pastosa e intratable. A diferencia de otros rebozados, no conviene dejar los alimentos envueltos en la mezcla con anterioridad. Hay que preparar la tempura al mismo tiempo que ponemos el aceite a calentar, para hacer en el momento. En la sartén (muy recomendable utilizar un wok) debe haber abundante aceite, a unos 180 grados de temperatura. Así, nos aseguraremos un rebozado crujiente. Para saber si el aceite está lo suficientemente caliente, se puede probar a echar una gota de tempura: si cae al fondo, todavía no está demasiado caliente; si sube a la superficie, está listo para freír. Ya sea verduras o pescado, conviene cortar los alimentos muy finos y freírlos durante dos o tres minutos (hasta que estén dorados) y de manera casi individual, pues si se añade mucha cantidad puede salir todo pegado y el aceite puede enfriarse. Se trata de una elaboración de origen japonés, así que la salsa de soja es el acompañamiento perfecto para dar un toque único a estas recetas.- Ir al suplemento de gastronomía

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión