Nhaya, buque insignia del NH Ciudad de Zaragoza

El chef Diego Barbero ha renovado completamente la carta y ofrece un colorista menú.

Algunos de los platos que se sirven en el nuevo Nhaya.
Algunos de los platos que se sirven en el nuevo Nhaya.
A. T.

Desde finales del año pasado el hotel NH Ciudad de Zaragoza luce la cuarta estrella, un salto de calidad que también se ha querido transmitir a su restaurante. De entrada, dándole nombre, ya que hasta hace poco tiempo no lo tenía. Se llama Nhaya, una mezcla de las siglas corporativas y del término japonés aya, que evoca a los tejidos de seda coloristas.

El chef Diego Barbero lleva año y medio dando forma al nuevo proyecto, transformando la cocina tradicional de este establecimiento en una propuesta moderna y atractiva. Este cocinero está empeñado en romper con la idea de que un establecimiento hostelero debe mirar, sobre todo y casi en exclusiva, al cliente alojado y a sus necesidades. Sin descuidarlas, por supuesto, la carta y el menú degustación que ofrece suponen toda una invitación a descubrir que en un hotel se puede comer de forma diferente.

Elaboración y técnica, presentaciones muy cuidadas y buena materia prima. No hay más secretos. Este cóctel lo agita con maestría Diego Barbero y lo explicita con total libertad en el menú degustación (25 euros). Es donde más se puede explayar, donde poco a poco va introduciendo las novedades que se le pasan por la imaginación y que luego son susceptibles de formar parte de la carta.

El menú tiene vocación de permanencia. Irá cambiando, más o menos, con cada nueva temporada, así que hasta que llegue el invierno hay posibilidad de disfrutar el actual. Para abrir boca, una suculenta croqueta de mejillón tigre con mahonesa de curry y coco. Desde el primer momento, llama la atención la cuidada presentación de los platos, algo que se hace muy evidente en la ensalada de mozarella de búfala, bacalao, pimiento rojo asado y aceite de albahaca. Tan colorista y bien acomodados están los ingredientes sobre una especie de góndola, que da pena romper su armónica presencia. El huevo a media cocción con espuma de patata y tierra de chistorra sugiere que no es necesario recurrir a materias primas nobles para plasmar una versión atractiva de un clásico.

Y algo parecido sucede con el falso carbón de solomillo de buey, gnocchi con crema tartufata y su ceniza, que más allá de los juegos visuales, destaca por la calidad de la carne. El colofón llega de la mano de una refrescante torrija caramelizada, crema de maracuyá y helado de yogur búlgaro.

Además de este menú, la carta se ha renovado completamente. Se apuesta, sobre todo, por el tratamiento en crudo de los pescados: tartar de atún rojo, ceviche de pez mantequilla o tataki de salmón en alga nori. Pero hay espacio para el recetario más tradicional: solomillo, ensalada de bacalao, enchilada mexicana de cerdo...

Es en el Mundo Dulce, tal y como aparece en la carta, donde de nuevo la imaginación del chef Diego Barbero echa a volar. Además de la torrija caramelizada del menú degustación, se ofrece una singular piña colada: mousse de chocolate blanco, crema de limón, piña osmotizada al ron y helado de coco. Las croquetas líquidas de chocolate al aroma de naranja resultan muy llamativas y un buen colofón también puede llegar de la mano de la deconstrucción de gin tonic.

Nhaya

Dirección: Avda. de César Augusto, 125. Zaragoza.

Teléfono: 976 442 100.

Horario: de lunes a sábado, de 13.30 a 16.00 y de 20.30 a 23.00. Descanso: Domingo, cerrado.

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