Otro clásico de estas fiestas: los menús del día del Pilar

Las migas, el ternasco, la longaniza o el jamón se pueden disfrutar tanto en sofisticados menús como en cocinas de corte más casero.

El Ternasco de Aragón es uno de los alimentos más representativos de la cocina aragonesa.
El Ternasco de Aragón es uno de los alimentos más representativos de la cocina aragonesa.

Es un asunto que hay que tener en cuenta ya a la vuelta de las vacaciones porque para reservar mesa el Día del Pilar en Zaragoza se recomienda ser rápido y previsor, sobre todo si los comensales conforman un grupo numeroso. No obstante, para los que prefieren ir sobre la marcha, sigue habiendo opciones días antes, aunque es cierto que muchas menos.

Se haya reservado con antelación o no, no hay duda de que los menús del Día del Pilar son otro clásico de las fiestas y una buena manera de degustar los productos típicamente aragoneses. De hecho, hay ciertos platos omnipresentes en las propuestas gastronómicas preparadas para el festivo, como las migas, el ternasco, la longaniza o el jamón que se pueden disfrutar tanto en menús más sofisticados como en cocinas de corte más casero. En el caso de los entrantes o aperitivos, se recurre a la huerta zaragozana, pero también a los mariscos, los curados o los hojaldres en algún caso. Como plato principal, también se da la opción del pescado, con bacalao o merluza especialmente, aunque predominan las costillas, el guiso o el asado con patatas que, para los cuales se admiten otras carnes más allá del cordero, como el cabrito, el cochinillo, el solomillo o el entrecot. Para los postres, los sorbetes y los helados son los más recomendados para una buena digestión, aunque los frutos secos, los hojaldres y los lácteos combinan a las mil maravillas para un dulce final.

En todos los casos, los restaurantes zaragozanos echan el resto en este día tan especial y confeccionan una carta muy atractiva que, por término general, no suele bajar de los 30 o 35 euros y ronda en muchos casos los 50 euros. No se olvidan del público infantil, para el cual disponen de platos más sencillos y de menor coste adaptados a sus gustos y cantidades.

Puede ser que los restaurantes se planteen más de un turno de comidas, de manera que cabe la posibilidad de que toque esperar si se ha elegido el último. En este caso, es recomendable tener paciencia y hacer uso del buen humor característico de las fiestas. Si el plan se retrasa, también se puede disfrutar de un vermú previo, sin que eso signifique picotear en exceso, para poder disfrutar al máximo de la comida.

Pueden ser una alternativa los restaurantes de los barrios zaragozanos y, por tanto, más alejados del centro, pues quizá tienen menos problemas a la hora de encontrar hueco para comer. Las tapas o raciones también son una fórmula habitual para reunirse con amigos y familiares el día del Pilar, aunque es probable que hacerse sitio en los establecimientos más céntricos sea harto difícil.

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