Arroces cubanos con y sin 'pedigrí'

El popular plato con huevo frito y tomate no es en realidad originario de la isla caribeña. Pero sus auténticas versiones son tan apetitosas o más.

Narelia Soto, con el plato típico cubano de arroz congrí.
Narelia Soto, con el plato típico cubano de arroz congrí.
Guillermo Mestre.

El arroz a la cubana no es cubano. Al menos, el nombre de la receta. En cualquier caso, no existe una versión unánime y ampliamente reconocida sobre dónde surgió, aunque una de las más extendidas sitúa el origen de la denominación del plato en Canarias.

Narelia Soto nació en la isla caribeña pero lleva bastantes años en España, en concreto, en Zaragoza, al frente de la cocina del restaurante El Paladar (Pilar Lorengar, 28). Ella confirma que "en la isla pides arroz a la cubana y nadie te entiende; allí sencillamente se le llama arroz con huevo".

En la versión caribeña, prosigue, "lo normal es comerlo con un plátano maduro frito para potenciar la combinación dulce y salada". No es tan habitual degustarlo con tomate, aunque Narelia asegura que también se utilizan diferentes salsas: ketchup, barbacoa, tomate frito...

Frente a esta sencilla y rápida receta, cuyo origen no está claro, esta cocinera anima a probar el plato cubano, sobre el que no hay dudas acerca de su procedencia. Además, entre sus ingredientes incorpora algunos de los más representativos de la cultura culinaria de este país: arroz, fríjoles, carne de cerdo, yuca y plátano macho.

La receta es contundente y frente a la sencillez del arroz a la cubana, mucho más elaborada. Hay que preparar el arroz congrí, los fríjoles y el arroz blanco, asar la carne de cerdo, cocer la yuca y freír el plátano macho. Lo dicho, un plato combinado laborioso, ideal para compartir a la mesa, tal y como recomiendan en El Paladar.

El arroz congrí es una de las recetas más tradicionales de Cuba. "Nosotros lo llamamos moros y cristianos", comenta esta cocinera, una curiosa combinación de arroz y fríjoles que queda como una paella seca y se elabora con el caldo en el que se cuece la legumbre.

Narelia le tiene muy bien cogido el punto a esta preparación en la que es muy importante la mezcla de especias "para que resulte del agrado de los comensales españoles". En los años 90, en Cuba, trabajó en un restaurante popular y allí aprendió a identificar los gustos de los turistas. El plato cubano es un buen resumen de ese aprendizaje y en El Paladar zaragozano, una de las principales referencias.

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