Comer es un placer y son muchos los comensales que disfrutan viviendo experiencias gastronómicas únicas, como las que se producen en estos siete restaurantes curiosos del mundo. Sin embargo, lo que muchos de ellos no saben es que ciertos alimentos pueden provocar efectos alucinógenos. Esto solo sucede cuando se consumen en grandes cantidades, como sucede con el azúcar, cuyo abuso afecta hasta a la fertilidad, o el consumo de sal, en el que el 85% de las personas se sobrepasa. Estos productos con efectos alucinógenos, que pueden llegar a generar convulsiones y estados psicóticos, se usan de manera habitual y, al consumirse en pequeñas cantidades, no existe un riesgo real. Por muchos es sabido la peligrosidad de ciertas setas, pero también hay que conocer el grado de toxicidad de estos alimentos.

Nuez moscada: esta especia, digna de coronar cualquier buena bechamel (sin grumos) que se precie, contiene un compuesto químico orgánico que es el que provoca efectos de neurotoxina: miristicina. Lechuga: este producto es habitual en los menús, concretamente en los platos de ensaladas, una de las elaboraciones por las que más pagas en un restaurante, y tiene muchos beneficios para el organismo. Pero si se consumiera como infusión, puede resultar tóxica debido a los principios que segregan sus componentes.  Azafrán: este condimento está entre los alimentos más caros del mundo, por su elevado precio, siempre se usa en cantidades pequeñas. Si se consumiera en grandes dosis, podría causar efectos similares a los narcóticos.  Pez sarpa: su grado de toxicidad depende de las algas tóxicas que consume en su alimentación. Quienes preparan este pez saben cuál es la parte que hay que evitar en el cocinado para no sufrir los efectos negativos: la mayoría de los químicos malignos se concentran en su cabeza.  Chocolate: es uno de los alimentos adictivos que no podemos dejar de comer ya que libera encefalina, una sustancia química natural que genera en el cerebro una sensación de placer similar a la de algunos estupefacientes.A esta lista se unen productos como el queso, el café, la comida picante y hasta la leche, siempre que su consumo sea excesivo. 

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