El Rincón de Barbastro, una carta al servicio del menú del día

Este establecimiento de la localidad oscense mima los productos locales y de temporada.

Óscar García y Ana Sancho, en el restaurante.
Óscar García y Ana Sancho, en el restaurante.
A. Toquero

El Rincón de Barbastro es un restaurante peculiar. Solo abre a mediodía, de lunes a sábado, y a pesar de su discreta ubicación, casi siempre está lleno. Si no se reserva con tiempo, sobe todo los sábados resulta difícil hacerse con una mesa en uno de los dos turnos del servicio de mediodía.

Aunque lleva tiempo abierto al público, fue hace un año cuando Óscar García y Ana Sancho asumieron el reto de darle una vuelta a su cocina, de intentar que la mayoría de los productos sean de kilómetro 0 y que la naturalidad y la frescura de su propuesta gastronómica se note en la presencia de setas de temporada, de los mejores tomates de la zona o de la trufa de verano. Con la singularidad, además, de que estos alimentos se incorporan al menú del día (16,80 euros) porque en El Rincón esta es su principal y casi única propuesta. Eso sí, muy llamativa.

Uno se sienta a la mesa y recibe la que a todas luces aparenta ser la típica carta de cualquier restaurante. Su primer enunciado ya invita a pensar que la cita va a merecer la pena: “Tripa vacía, corazón sin alegría”. La sorpresa llega al descubrir que todo el recetario que aparece forma parte del menú. Más de 30 platos entre primeras y segundas opciones, y otros tantos postres.

Lo dicho, toda una carta a precio cerrado, a precio de menú del día, que se convierte en el principal argumento del éxito de la fórmula que han puesto en marcha Óscar y Ana. De esta peculiar carta van entrando y saliendo platos en función de la temporada, de las verduras y las hortalizas que ellos mismo cultivan en el huerto. Ahora que el tomate rosa de Barbastro está en su mejor momento, lo ofrecen en gazpacho o en ensalada; el arroz del Cinca lo han estado trabajando con las setas tardías de la primavera lluviosa; la pasta es fresca y artesana. Especialmente recomendables los raviolis rellenos de carne rustida en salsa de cinco quesos y parmesano rallado.

Entre los platos más demandados está el milhojas de berenjena gratinado relleno de brandada de bacalao, salmón y queso. Y del mar, sin duda, los chipirones rellenos de calamar y gambas sobre su propia salsa ligada con almendras.

Platos de carta

En todos los casos el enunciado de las recetas y su presencia es de platos de carta, sobre todo las carnes, donde aparecen confit y magret de pato, entrecot de ternera de Pirineo, jarrete de cordero asado o secreto de cerdo ibérico de Guijuelo. Pero como propuesta propia y de la zona, una referencia imprescindible es la caldereta de ternasco de Aragón al estilo de la abuela.

Los dos propietarios se han formado como reposteros, así que este apartado lo cuidan especialmente. Hay postres clásicos y caseros como flan de huevo, arroz con leche o cuajada con nueces y miel, pero también interesantes detalles para los más lamineros. Destacan, por ejemplo, los pasteles cremoso de queso con galleta y frambuesa, y de chocolate de Almudévar, la tarta de nogal o el pastel ruso típico de Huesca. Además, se ofrece una buena colección de helados artesanos y de sorbetes de fruta natural. Y como vino del menú se puede elegir entre tino, rosado y blanco del año de Viñas del Vero.

- Ver otros restaurantes recomendados

- Ir al suplemento de gastronomía

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión