Cinco errores garrafales en la cocina que matan el sabor de los alimentos

Con la carne, las verduras, el aceite o la sal... Fallar en los fogones es más fácil de lo que parece, estropeando las cualidades organolépticas de los productos.

Todos los productos, aunque sean de gran calidad, se pueden estropear por una mala ejecución.
Todos los productos, aunque sean de gran calidad, se pueden estropear por una mala ejecución.
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Cocinar está al alcance de todos, pero, por mucho que veamos 'realities' que nos hagan sentirnos auténticos chefs, no siempre tenemos los conocimientos necesarios para sacarle partido a los productos a los que nos enfrentamos, sean de buena o mala calidad. Por eso, hay algunas reglas básicas ante los fogones que conviene no olvidar para disfrutar de los sabores, aromas y texturas de cualquier ingrediente al que nos enfrentemos.

El aceite y la sal, nunca en exceso. Aunque son muy conocidos los beneficios del aceite, cuando cocinamos solemos utilizar mucha más grasa de la que corresponde. Para evitarlo (y a no ser que vayamos a freír croquetas), lo mejor es untar con un pincel la cazuela o sartén que vayamos a utilizar o retirar el exceso con un papel de cocina. Con la sal ocurre algo parecido: si es un guiso se salan los productos antes (y no el agua) y si es carne o pescado, antes y después (pues parte del sabor se pierde en la sartén).  Hervir alimentos no conlleva burbujas. En el Diccionario de la Real Academia Española se especifica que hervir es "burbujas por la acción del calor", pero no se explica que si hay verduras, por ejemplo, dentro en agua no debe borbotear o perderán sabor y textura. Para conservar las propiedades organolépticas de cualquier producto que hirvamos hay que mantener el agua a temperatura constante y a fuego medio.  Más de dos vueltas a un filete es estropearlo. Entre los muchos errores que cometemos con la carne, puede que el más frecuente sea el de dar vueltas y vueltas al filete en la parrilla hasta que tiene el aspecto que deseamos. Pero no, solo debe ponerse una vez por cada cara para no interrumpir la caramelización y el flujo de jugos en su interior. No secar el pescado antes de cocinarlo. Puede que a muchos esto les parezca algo inconcebible, pero lo cierto es que la mayoría no seca con papel los lomos o medallones de pescado antes de ponerlos en la plancha. De no hacerlo, las piezas perderán consistencia y tenderán a romperseTirar el agua de cocer la pasta. Es uno de los productos más cocinados en España, pero aún no hemos entendido del todo el mimo que los italianos le dan a su ingrediente estrella. Ni va acompañado de salsas excesivas, ni está hecho cuando al tirarlo contra la pared se pega, y tampoco es un deshecho el agua en el que se cuece. En este líquido está la solución para hacer una salsa perfecta y ligera que pegue con este producto, y para disfrutar de la pasta sin remordimientos. Ir al suplemento de gastronomía

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