Café, agua y otros de los alimentos por los que más pagas en un restaurante

El margen de beneficio de los establecimientos hosteleros se incrementa con suculentos productos que seducen al consumidor.

Los postres y el café son dos de las suculentas propuestas de los restaurantes donde más dinero gastan los comensales.
Los postres y el café son dos de las suculentas propuestas de los restaurantes donde más dinero gastan los comensales.
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La oferta culinaria que nos rodea es infinita. La gastronomía de todas las partes del mundo, los menús tradicionales y las últimas tendencias en los fogones: todo se encuentra al alcance diario del comensal, que disfruta ante un buen plato y para la que comer puede ser una aventura (más si se hace en alguno de estos siete restaurantes curiosos del mundo). Los establecimientos hosteleros aprovechan ese gusto por saborear una buena elaboración para aumentar su margen de beneficio con ciertos productos.

Hay elaboraciones de la carta que pueden encarecerse por el tiempo y el esfuerzo que hay que emplear en su preparación y por el coste de la materia prima (el azafrán, por ejemplo, es uno de los productos más caros del mundo). Aunque la mayoría de platos aportan al restaurante un pequeño margen de beneficio, hay otros que compensan (de sobras) y aumentan sus ganancias. ¿Tú también caes en estas tentaciones?

Fritos: huevos-gamba, patatas brava, calamares... Se trata de raciones muy rentables para los establecimientos y algo menos económicas para los bolsillos del consumidor. Un ejemplo son las croquetas que, a pesar de estar fritas y parecer poco saludables, ya hay fórmulas para disfrutarlas sin arrepentimientos. Está claro que la elaboración es costosa. El problema llega cuando se ofrecen croquetas congeladas y nada artesanales a precio de oro.  Ensalada: comer una ensalada (con estas cinco vinagretas que le dan vida) no es tan barato como podría parecer al analizar la materia prima con la que se elaboran. Los ingredientes más habituales son un poco de lechuga, unos tomates, atún, queso, algún fruto seco y espárragos y, por todos ellos, pagarás cerca de 10 euros, de manera habitual.   Postre: rara es una carta donde haya un postre por menos de cuatro euros y, en muchas ocasiones, es complicado resistirse a terminar una comida sin el toque dulce. Pagar cierto dinero por un postre de complejidad y sabor inigualables puede ser aceptable, pero no por alguna elaboración comprada en el supermercado.  Bebidas: el agua, los zumos naturales, los refrescos y hasta el café. De todas las bebidas obtienen grandes beneficios ya que el tiempo para su elaboración y el precio de sus materias primas es mínimo. Por ejemplo, los refrescos suelen ofrecerse al comensal por cinco veces su precio de coste.  Huevos: aunque los huevos sean de calidad y ecológicos, siguen siendo una materia prima asequible para cualquier bolsillo. Las elaboraciones como los huevos rotos suelen alcanzar los 10 euros de coste cuando el resto de ingredientes (a excepción de algún complemento) son también baratos, como las patatas.- Ir al suplemento de gastronomía

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