El Gobierno prevé destinar una partida de 40.000 euros a la Real Academia Española de Gastronomía para la difusión y promoción de la cultura de las tapas, según recoge el proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentado el pasado martes en el Congreso de los Diputados por el ministro de Hacienda.

Tal y como explica la partida, esta ayuda se concede en el marco del impulso de la candidatura ante la Unesco de la tapa española como patrimonio cultural. Los gastos están incluidos en transferencias para familias e instituciones sin fines de lucro.

En el año 2016, el Gobierno decidió iniciar los trámites para declarar las tapas Patrimonio Cultural Inmaterial, y posteriormente solicitar a la Unesco su inclusión dentro del Patrimonio de la Humanidad. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha defendido desde entonces la tapa como "uno de los signos distintivos de la Marca España" e incluso ha afirmado que "si algo une a los españoles es la tortilla de patatas, las croquetas, la ensaladilla rusa o las patatas bravas".

Los 40.000 euros de este bien aún no reconocido saldrán de la partida de Protección del Patrimonio Histórico, que, paradójicamente, congela la bajada al Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España para la conservación de las ciudades que sí han sido declaradas Patrimonio Mundial.

Dentro de la misma partida para instituciones sin fines de lucro, el Ejecutivo ha destinado 5.000 euros menos que a las tapas (hasta 35.000 euros) a la Fundación Toro de Lidia, con el objetivo de "compilar el conjunto de conocimientos y actividades artísticas, creativas y productivas" que integran la tauromaquia como patrimonio cultural. Dentro de estas instituciones sin ánimo de lucro, se destinarán 210.000 euros para el Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España para la elaboración de estudios sobre conservación de estas ciudades.

Dentro del apartado ‘culinario’, también se destinan 100.000 euros para las salinas de Añana, situadas a unos 30 kilómetros de Vitoria, que son unas de las fábricas de sal más antiguas del mundo.

Su historia se remonta a 6.500 años, trayectoria que le ha servido para ser declarado como patrimonio agrícola mundial por la Unesco. Pero además del interés como lugar para la explotación tradicional de sal, este es un paisaje único por sus peculiares características medioambientales. Precisamente por ello, también suele recibir visitas guiadas de aquellos interesados en descubrir el fenómeno geológico.

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