¿Son sanas las bebidas light o zero?

Aunque no contengan azúcares, este tipo de productos cuentan con diversos edulcorantes en su composición, sobre los que los expertos tienen dudas.

El azúcar está presente en multitud de productos que se consumen a diario y su elevada ingesta es perjudicial para la salud.
El azúcar está presente en multitud de productos que se consumen a diario y su elevada ingesta es perjudicial para la salud.

El azúcar está presente en multitud de productos que se consumen a diario. Un dato que es ampliamente conocido en lo referente a los dulces (chocolate, miel o repostería), pero no tanto en otros grupos de alimentos como las frutas (uva, higo, plátano...). Los refrescos poseen una gran cantidad de azúcares, cuya elevada ingesta es perjudicial para la salud.

El consumo de bebidas azucaradas incrementa el riesgo de padecer diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades cardiovasculares y cáncer, además de osteoporosis, ya que los gases que se ingieren inhiben la absorción de calcio que se produce gracias a los alimentos. Todos estos datos llevan a numerosas personas a optar en muchas ocasiones por los productos etiquetados como light o zero, que tienen una cantidad muy reducida de azúcar en su composición e incluso nula, al sustituirse por edulcorantes.

No obstante, profesionales del sector han aportado a este respecto algunas consideraciones que ponen en duda lo 'saludable' de estos componentes y que se detallan a continuación.

Ineficacia de los sustitutivos: el dietista y nutricionista Julio Basulto señala que el sabor dulce de estos productos light o zero proviene de edulcorantes bajos en calorías como el aspartamo o la estevia, elementos "que carecen de propiedades saludables" y sobre los que el profesional tiene dudas acerca de su "posible implicación a largo plazo en el riesgo de obesidad y por el hecho de que pueden generar una preferencia en sus consumidores habituales por alimentos muy dulces, algo que empeorará la calidad de su patrón de alimentación". Fuente inagotable de mitos: es lo que dice el profesional Juan Revenga que existe alrededor de estos edulcorantes artificiales, y que a su vez revelan los peligros que entrañan para la salud. En cuanto a la sacarina, Revenga señala que esta no aporta "ni una sola caloría", mientras que sobre el ciclamato apunta que su absorción es "bastante limitada y lo poco que se absorbe se elimina inalterado con la orina". Algo similar ocurre con el acesulfamo k y la sucralosa. No obstante, resalta que todos ellos tienen asignado un valor de ingesta diaria admisible que no debe sobrepasarse. Peligro agravado en los niños: un inadecuado patrón de alimentación es especialmente peligroso en los más pequeños, pues, tal y como afirma Basulto, "si se acostumbran al intenso gusto dulce de estos edulcorantes, puede que en un futuro su paladar los prefiera a unos rivales cuyo sabor es mucho menos potente: las saludables frutas y las hortalizas". Incertidumbre: aunque no se ha demostrado su toxicidad, los edulcorantes tampoco han ayudado a reducir la obesidad en los países en los que se consumen de manera extendida. Asimismo, los científicos y demás profesionales del sector aún no saben si tiene consecuencias el hecho de que el cerebro registre un sabor dulce pero el cuerpo no reciba la dosis de azúcar esperada. Existe preocupación sobre si esa señal de dulzura en cierta forma engaña al cuerpo y este libera demasiada insulina, algo que podría llevar a ganar peso a largo plazo. Dieta sana: numerosos expertos coinciden en señalar que el grueso de la planificación alimentaria debería dejar de lado aquellos alimentos que incluyen edulcorantes, salvo algunas excepciones. Esto se explica porque el perfil nutricional de los alimentos susceptibles de contenerlos no es el más apropiado dentro de un patrón de alimentación saludable.Ir al suplemento de gastronomía.

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