La clásica tortilla de patata es, sin duda alguna, una de las favoritas del recetario español, pero comerla siempre igual puede agotar los paladares de los comensales. Para evitar esta desdicha culinaria, en el blog de Heraldo.es 'Yo me lo guiso' acercan un versión espectacular de la tortilla española, en la que sustituyen la patata por una buena ración de calabacín.

Ingredientes: Calabacín mediano Media cebolla tierna Huevos frescos Vaso de leche Sal Aceite de Oliva Virgen Extra Arbequina OlivaliaElaboración: Con un pelador de patatas, cortar el calabacín a tiras finas en un recipiente y reservar. A continuación, cortar la media cebolla en juliana fina y la reservarla. Poner en una sartén unas 6 cucharadas de aceite Olivalia y cuando empiece a calentarse, añadir la cebolla tierna. Para que la cebolla quede más tierna, poner una tapa en la sartén. Cuando se empieza a poner transparente la cebolla, añadir una pizca de sal para que acabe de soltar el agua y comience a tener ese color marrón clarito que indica que ya se puede añadir el calabacín a la sartén. Tapar la sartén de nuevo para que se haga mejor y más rápido. Comprobar que el calabacín se parte con facilidad con la pala. Añadir otra pizca de sal. Una vez que el calabacín está totalmente blando (casi convertido en una pasta junto a la cebolla) retirarlo del fuego y reservar. A continuación batir los huevos bien, buscando que casi empiecen a emulsionar las claras, y añadir el vaso de leche. Continuar batiendo otro minuto aproximadamente. Añadir una pizca de sal al huevo e incorporar la mezcla de la sartén. Mezclar todo bien y reservar. Poner en una sartén no muy grande unas cucharadas del aceite de oliva y cuando empiece a calentarse, añadir la mezcla del huevo, el calabacín y la cebolla. Es importante que no cuaje el fondo los primeros minutos, así que hay que darle alguna vuelta como si se hiciese un revuelto. Una vez que empieza a cuajarse por los extremos, dejar reposar un minuto y darle la vuelta con un plato grande. Es preferible darle tres o cuatro vueltas a cada cara que dejarla mucho rato por una; así se evita que se queme y se puede dejar al gusto de los comensales.

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