Potro, una carne con muchos costes añadidos

Son varios los factores que encarecen este producto respecto a, por ejemplo, una ternera de calidad, como la alimentación o el tiempo que se dedica al cuidado de los animales.

Chuleta de potro.
Chuleta de potro.
V. C.

David Escudero sacrifica sus potros en Mercazaragoza, aproximadamente uno a la semana. Asegura que este animal rinde aproximadamente la mitad que en vivo. "Si un potro pesa 400 kilos al ir al matadero, al final, ya faenado, se queda en 210", advierte.


El carnicero asegura que son varios los factores que encarecen este producto respecto a una ternera de calidad. "De entrada, los costes del matadero casi se duplican respecto al vacuno". Además, la crianza cuesta más, tanto por la alimentación como por el tiempo que se emplea, ya que no se realiza de forma intensiva. "Hay que tener en cuenta que el potro hace mucho hueso, prácticamente hasta que llega al año de vida, y durante ese periodo la carne no se desarrolla".


Si a estos factores añadimos que su consumo no es mayoritario, los costes de producción terminan incrementándose.


Más o menos durante todo el año, este carnicero tiene los mismos precios de venta al público en su puesto del Mercado Central de Zaragoza: el chuletón, alrededor de 20 euros el kilo; el entrecot, a 24; los filetes de primera de cadera y babilla, a 17; los de empanar, a 12, y el churrasco y las hamburguesas, alrededor de 10 euros el kilo.


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