"Las dietas-milagro son un auténtico sacaperras"

El dietista-nutricionista Juan Revenga ha presentado su libro 'Adelgázame, miénteme' (Ediciones B), un crítico ensayo sobre las estrategias de promotores y fabricantes de los 'milagros dietéticos'.

Juan Revenga, con su libro, 'Adelgázame, miénteme'.
Juan Revenga, con su libro, 'Adelgázame, miénteme'.
Agencia Almozara

- ¿Hay mucha mentira en la millonaria industria de las dietas de adelgazamiento?

- Le doy un dato y una cita. Según fuentes financieras, en 2012 la industria del adelgazamiento registró un volumen de negocio de 100.000 millones de euros solo en Europa. Una industria que vive de sacar el dinero a los consumidores con unas promesas que se renuevan constantemente. Y la cita, de la Eating Desorder Foundation: "La industria del adelgazamiento es el único negocio rentable del mundo con una tasa de fracaso del 98%".- ¿Si las dietas milagro no funcionan, por qué tienen tanta demanda?

- En esencia porque se dedican a decir aquello que la población quiere escuchar. Hay que tener en cuenta que esta industria no vive de ‘adelgazar’ a sus clientes, sino de explotar sus debilidades y sacarles el dinero, y para eso precisamente dedican muchos recursos, para aparecer atractivas a sus ojos.- Usted denuncia, además de su ineficacia, la ilegalidad de sus planteamientos publicitarios. Cítenos los más descarados.

Cualquier promoción o publicidad de un producto o un sistema que sugiera directamente propiedades adelgazantes está prohibido. Así está recogido en el RD1907/1996 sobre publicidad y promoción comercial de productos, actividades y servicios con pretendida finalidad sanitaria. Al igual que los que utilizan el respaldo, autorización, homologación o control de las autoridades sanitarias de cualquier país; o las que aportan testimonios (reales o ficticios) de personas famosas o de pacientes; o las que hagan referencia a su distribución en oficinas de farmacia; o las que mencionen la magnitud del peso perdido en un determinado tiempo; las que utilicen el término 'natural'... todo esto está textualmente prohibido en la legislación española o comunitaria.- El problema de la obesidad, ¿tiene solución?

- La obesidad como problema de salud público solo tendrá solución cuando las autoridades sanitarias se pongan en serio e intervengan de forma multidisciplinar en todos los sectores implicados. Y eso en España no se ha producido nunca y, además, estamos muy lejos de que se produzca. Controlar determinadas acciones de la industria alimentaria es prioritario y en este momento, más que controlar se les está dando alas. Por tanto, en la actualidad vamos en la dirección contraria a la que sería necesaria.- ¿Es difícil no sucumbir al sistema que nos incita a comer y beber continuamente productos poco recomendables para nuestra salud y nuestra nutrición?

- Muy difícil, hay mucha presión publicitaria y, en mi opinión, hace su trabajo de forma estupenda. Perversa, pero estupenda.- Está claro que lo que hay que hacer es cambiar el chip y no fijarse en la meta sino en el camino, cambiando el estilo de vida. ¿Cómo se consigue eso?

- Poniéndose en serio a analizar las causas y circunstancias que, a lo largo de los años, le han llevado a cada uno a pesar más allá de lo recomendado. Dejando a un lado las cuestiones estéticas. Estableciendo una serie de cambios a esas causas anteriormente analizadas. Haciendo que esos cambios formen parte de nuestra vida desde un momento dado y en adelante, para siempre. Y si es necesario, solicitar ayuda especializada, por ejemplo con un dietista-nutricionista.- Para terminar, unos consejos breves para llevar una vida saludable y evitar el sobrepeso.

- Aconsejaría comer alimentos frescos, comida, no productos alimenticios con más o menos ingredientes. Al mismo tiempo, recomendaría dar una mayor relevancia, muy importante, a los alimentos de origen vegetal (frutas, verduras y hortalizas, a poder ser de temporada) en nuestras mesas; y cocinar, es decir, que en casa cocinemos lo que vayamos a comer. Y, por supuesto, mantener un patrón de vida más activo.- ¿A machacarse al gimnasio?

- No soy partidario de la esclavitud que puede suponer para muchos el ir al gimnasio, del mismo modo que tampoco lo soy de la esclavitud de seguir una estúpida dieta de 1.800 kcal/día o de los 175 gr. de borraja con 85 de patata y 7 de aceite. Torturas y absurdeces, las mínimas. Ya tenemos una vida suficientemente complicada como para castigarnos con inutilidades. Por eso, nuestra actividad física, deportiva o no, ha de ser placentera, al igual que los cambios en la alimentación.


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