Vinos y tapeo marcan la diferencia en Casablanca

Son los argumentos de este bar para atraer a clientela con ganas de probar cosas nuevas.

Alfonso Castillo, en la barra del bar Casablanca, en el barrio zaragozano del mismo nombre
Vinos y tapeo marcan la diferencia en Casablanca
Agencia Almozara

La gastronomía casi siempre encuentra los mismos caminos para evolucionar: o es el cliente de paladar más entrenado, audaz y con ganas de probar cosas nuevas, el que presiona y de alguna forma exige que se dé ese paso o, al revés, son los profesionales hosteleros quienes buscan generar esa inquietud entre la clientela para diferenciarse aportando nuevas ideas a la mesa o sobre la barra.


Esto último suele ser lo más habitual y es lo que desde la humildad y la sencillez de un bar de tapas del barrio de Casablanca se ha propuesto Alfonso Castrillo: animar a la gente a probar cosas nuevas, desde el vino y el vermú al picoteo, y a unos precios populares, de barrio, que siguen sin estar los tiempos como para exigir mucho a los clientes.


Así, de entrada, sorprende su oferta de vinos, especialmente la de blancos: gewürztraminer de producción limitada, riesling alemán de Viñas del Vero, garnachas blancas de Calatayud… En fin, referencias que no son muy habituales y que este bar ofrece a unos precios muy atractivos. Y para los aficionados al vermú, una buena propuesta casera de Calatayud.

?Rebozados y vinagrillos

En cuanto al tapeo, este establecimiento se mueve a diario sobre seguro alrededor de rebozados y vinagrillos. Los primeros (empanadilla, taco picante, huevo con gamba o croqueta de jamón) a un precio sugerente (0,80 euros). Se agradece, además, que este bar sea de los pocos que tiene el detalle de poner una pequeña tapa gratis con el vino, algo que no se estila demasiado en Zaragoza.


A los vinagrillos también se les presta mucha atención. Boquerones con olivas, una buena salmuera del Cantábrico o un taco de bonito en escabeche de calidad son algunas de las referencias que se cuidan especialmente y que el fin de semana adquieren mayor protagonismo.


El jamón y los curados también tienen su espacio. En el caso del primero, se corta a mano y además de ser el ingrediente principal de los mini bocadillos de desayunos y almuerzos de media mañana, también se ofrece en raciones individuales (1 euro), como el queso, el chorizo y el salchichón ibérico.


Pero en un intento de motivar a la clientela y de animarla a probar cosas nuevas, el propietario del bar Casablanca ha empezado a apostar, los fines de semana, por vestir la barra con mayor elegancia y con materias primas de calidad. Y ahí es donde aparecen los pimientos rellenos de marisco; una curiosa ensalada, tierra y mar, con revuelto de pescado para tomar fría o templada; pulpo con piparras y olivas o tostadas como la de queso camembert con mermelada de tomate. Y, de nuevo, sin que el bolsillo se resienta demasiado.

?Casablanca

Embarcadero, 30. Zaragoza. Horario: de 7.00 a 15.00 y de 18.30 a 22.30. Cierra por descanso los sábados y domingos por la tarde.

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