Espárragos: la luz y la magia de la clorofila

Es en esta época cuando los recolectores salen armados con sus cuchillos para desenterrar los ejemplares.

Espárragos trigueros
Espárragos trigueros_5
AGENCIA ALMOZARA

El espárrago blanco se cultiva en caballetes de tierra, enterrado. Es en esta época cuando los recolectores salen armados con sus cuchillos para desenterrar los ejemplares cuyas yemas empiezan a despuntar abriendo la tierra en busca de la luz. Esa luz, precisamente, es la que provoca que cuando el espárrago emerge se cargue de clorofila y adquiera la tonalidad verde de nuestro protagonista.


Este último es menos exigente en cuanto a las características del suelo. De hecho, admite terrenos pedregosos o arcillosos. Además, se planta a mayor densidad, prácticamente el doble que el blanco, y a menor profundidad, ya que no es necesario cubrirlo durante su desarrollo. La recolección del verde también es más cómoda (se ve mejor) y barata, ya que se puede recoger cada 3 o 4 días en lugar de la atención diaria que requiere el otro para evitar que las puntas vean la luz.


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