OPEL

El Gobierno de Aragón utilizará el aval al Meriva como arma de negociación ante Magna

Larraz apunta que se sentarán a hablar de empleo y producción directamente con el nuevo dueño de Opel.

Salida de los trabajadores de General Motors España en Figueruelas, ayer.
El Gobierno de Aragón utilizará el aval al Meriva como arma de negociación ante Magna
juan carlos arcos

El Gobierno de Aragón hablará directamente con Magna (si finalmente se materializa la venta de Opel a esta compañía) sobre el aval de 200 millones de euros que el Ejecutivo y las Cortes aprobaron a finales del año pasado y lo utilizará como herramienta de negociación. Este respaldo financiero se decidió para garantizar que la nueva versión del Meriva comenzaba a producirse en Figueruelas en el primer cuatrimestre de 2010, y ante las preocupantes noticias de que su salida podría retrasarse.

 

El consejero aragonés de Economía, Alberto Larraz, confirmó ayer a este diario que esperarán a que el proceso de compra-venta culmine (el consejo de administración de GM recomendó el jueves vender Opel al fabricante austriaco-canadiense, pero aún deben concretarse algunos aspectos importantes de la operación) y una vez que la compra esté definitivamente cerrada, se sentarán a hablar con Magna "y ya se verá". Larraz recordó que el aval se autorizó para GM, pero que obviamente, "no se va a dar un aval a una compañía que ahora tendrá el 35% de la nueva Opel". Por otra parte, insistió en que el Gobierno aragonés "no va a negociar con nadie que no sea el dueño de Opel", en respuesta indirecta a la pretensión mostrada por Berlín, que anunció el jueves que ahora buscará el acuerdo de los restantes países europeos con plantas de GM en sus territorios para hablar sobre el reparto de las cargas financieras y el futuro de las plantas.

Revisar las condiciones

Larraz dijo que ni GM ni Alemania son los dueños de Opel y que, por tanto, la DGA y el Ministerio de Industria esperarán a conocer de primera mano los planes que tenga el nuevo dueño de la compañía para Figueruelas y que se sentarán a negociarlos directamente con Magna.

 

Sobre la posibilidad de que tengan que revisarse las condiciones aprobadas en su día para el aval, Larraz dijo que, en su opinión, "no hay nada que revisar". El consejero recordó que el Gobierno regional no está comprometido con nadie, que el aval se diseñó, aprobó (tanto por parte del Ejecutivo como del Parlamento aragonés) y que está planteado, pero no firmado. Hay que recordar, en este sentido, que GM Europa no llegó a rubricar formalmente el acuerdo para optar al aval, por lo que el compromiso es verbal.

 

Sobre los planes que la empresa austriaco-canadiense tiene para la planta zaragozana (drástica reducción de empleo y producción) y si son compatibles con las ayudas públicas que pudiera conceder el Gobierno regional, Larraz prefirió esperar a conocerlos en detalle por boca de Magna para pronunciarse. El consejero recordó que la DGA había mantenido dos encuentros con la firma y que esta les había garantizado una inversión de algo más de 1.000 millones de euros hasta 2013 para acabar de lanzar el Meriva y para preparar la fábrica de cara a la nueva versión del Corsa (que saldrá en 2012). Larraz también recordó que en esta nueva etapa de Opel "todas las plantas se van a tener que ajustar, va a haber sacrificios", aunque reiteró que se sentarán a negociar con Magna el alcance de la reestructuración en Figueruelas.

 

Larraz reconoció también que en el caso de que Magna quiera recortar un volumen alto de empleo vía expediente de regulación "ese será un espacio en el que tenemos mucho que decir". Larraz dijo que los ERE deben ser aprobados por la autoridad laboral y que este es un instrumento más de negociación que pondrán sobre la mesa cuando llegue el momento, junto con el aval y la capacidad de negociación que tienen los sindicatos.

 

Por su parte, el presidente de la DGA, Marcelino Iglesias, preguntado por el aval de 200 millones precisó que no se va a tomar una decisión hasta que no se conozcan las condiciones de la venta de Opel. Iglesias recordó que este aval está "muy condicionado" a la puesta en marcha de la línea de producción del Meriva, modelo que está garantizado para Figueruelas.