Prohibidas las ayudas públicas para instalar de calderas de gas a partir de 2025

No se podrá subvencionar la renovación de calderas si se cambian por otras de combustibles fósiles, según la directiva sobre eficiencia energética de los edificios aprobada hoy definitivamente por la Unión Europea.

Técnico con una caldera.
Técnico con una caldera.
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1 de enero de 2025. Es la fecha a partir de la cual se acabarán las ayudas públicas para renovar las calderas de una vivienda si la que se va a instalar es una caldera de gas natural o de otros combustibles fósiles. Solo se podrán dar subvenciones si se cambia por una caldera de biomasa, de calor o que no utilice combustibles fósiles, según la directiva sobre eficiencia energética de los edificios que acaba de aprobar definitivamente la Unión Europea. No obstante, las actuaciones ya seleccionadas podrán continuar, pero no poner en marcha nuevos programas para esa fecha. Y como la casuística de tipos de calderas es amplia, la Comisión Europea elaborará una guía sobre modelos subvencionables, que debatirá con los Estados, y cuya publicación está prevista para septiembre u octubre.

La directiva marca obligaciones para los Estados para mejorar la eficiencia energética de los edificios y reducir el consumo de energía. En concreto, cada Estado debe lograr una reducción del consumo de energía de los edificios del 16% para 2030 respecto al que existía en 2020 y del 20%-22% en 2035. Al menos el 55% de ese ahorro debe conseguirse actuando en los edificios menos eficientes (que representan el 43% del total).

La senda hacia la descarbonización, que se pretende alcanzar en 2050, obliga también a la renovación del 16% de los edificios no residenciales (hospitales, oficinas, comercios, escuelas) de cara a 2030 y el 26% en 2033.

Menor consumo en viviendas

No hay obligaciones respecto a los edificios residenciales. Los Estados pueden decidir qué herramientas utilizar para conseguir ese menor consumo. En la primera propuesta que se hizo de la directiva se incluyó que las viviendas que no alcanzasen un mínimo de eficiencia (medida por el certificado) no se pudieran vender o alquilar. Pero esto se eliminó del texto al considerar que no había suficiente apoyo político y social para imponerlo en todos los países. Sin embargo, Francia sí ha puesto límites al alquiler de pisos que no cumplan unos requisitos de eficiencia energética.

Se simplifica la clasificación en los certificados de eficiencia energética para que sea igual en todos los países (irán de la A a la G) de manera que los inversores y las entidades financieras tengan claro en qué tipo de edificios invierten o a cuáles dan créditos o hipotecas. Los bancos están cada vez más comprometidos con la financiación verde o sostenible, empujados por la exigencia de sus núcleos de accionistas más concienciados.

La directiva se estructura en cuatro áreas: renovación; descarbonización, información y financiación, y modernización. En cuanto a los edificios nuevos, desde 2002 tienen que cumplir un mínimo de eficiencia energética; en la actualidad en España tienen que ser de consumo energético casi nulo y cualquiera que se construya después de 2030 tiene que estar preparado para la descarbonización y el consumo cero.

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