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Proteger un recurso que se recupera en millones de años

El proyecto Nenuphar, liderado por el Circe, busca técnicas para aprovechar el exceso de nutrientes en aguas y suelos para elaborar fertilizantes. Con ello se reduce la contaminación, se mejora la calidad de los suelos y se logra ahorro en fertilización.

La iniciativa también pretende generar aplicaciones sostenibles como biofertilizantes.
La iniciativa también pretende generar aplicaciones sostenibles como biofertilizantes.
Circe

La contaminación de los ecosistemas debido al excesivo contenido algunos nutrientes y el elevado precio de los fertilizantes ha llevado al Circe, junto a una veintena de socios de diversos países europeos, a poner el macha el proyecto Nenuphar. Esta iniciativa, que arrancó en noviembre de 2023 y se prolongará durante cuatro años, tiene como objetivo recuperar nutrientes como el nitrógeno y el fósforo procedentes de residuos y evitar la contaminación de estos residuos y al mismo tiempo generar aplicaciones sostenibles como biofertilizantes.

"Actualmente tenemos problemas de contaminación difusa, es decir, contaminación de nutrientes que no se captan por los suelos a causa de cantidades excesivas de agua, como puede ser una lluvia torrencial en aguas", explica Bárbara Palacino, responsable de Proyectos del Circe, entidad que coordina esta iniciativa. Asimismo, se busca el desarrollo de nuevas soluciones de gobernanza y cadena de valor dirigidas a tres flujos de residuos ampliamente presentes en la Unión Europea: estiércol, lodos de depuradora y aguas residuales lácteas. "Queremos generar prácticas agrícolas más sostenibles. Todo ello hay que evaluarlo mediante el marco regulatorio y ver cómo hay que adaptar ese marco a las nuevas prácticas", añade.

El proyecto, que se prolongará durante cuatro años, está coordinado por el Circe.
El proyecto, que se prolongará durante cuatro años, está coordinado por el Circe.
Circe

El proyecto se desarrolla en las cuencas de los ríos Ebro, en España; Danubio, en Hungría y Eslovaquia, y Leilupe, en Lituania y Letonia. Se trata de países donde también tienen problemas con los nitratos que contaminan las aguas. "Son compuestos químicos de elevada concentración, lo que además de contaminar, hace que las fertilizaciones no sean eficientes", añade Palacino.

En la cuenca del Ebro el trabajo se va a centrar en la recuperación de nitrógeno procedente de digestato, que es el material que queda tras el tratamiento anaeróbico de materias como las aguas residuales, o de purines, con el fin de obtener un biofertilizante. Los trabajos se llevarán a cabo en la planta que la empresa Gestcompost tiene en la localidad de Pina de Ebro. Este proceso se realiza a través de una tecnología denominada ‘stripping’, consistente en la separación de un fluido, como el nitrógeno, del residuo en el que se encuentra a través de someterlo a diversas corrientes de aire. El proyecto Nenuphar busca también mejorar esta técnica de obtención de nutrientes.

Esta iniciativa entronca con uno de los objetivos de la Unión Europea en materia medioambiental, que es potenciar la idea de la importancia de los suelos. "El suelo es un recurso limitado que tarda millones de años en recuperarse, y en un país como España, en el que vivimos de la agricultura, necesitamos suelos sanos y que sean fértiles. Con las prácticas llevadas a cabo hasta ahora los suelos se han degradado y han perdido fertilidad. Si hacemos prácticas más adecuadas, si hacemos ‘enmiendas orgánicas’ o si tenemos en cuenta una fertilización más eficiente, podemos evitar este problema, que además repercute en la contaminación de aguas", recalca Bárbara Palacino.

Además del trabajo de coordinación del proyecto, el Circe liderará el desarrollo de una guía que proporcionará recomendaciones para fomentar el diseño de políticas modernas de gestión de nutrientes y agendas de investigación, preparadas para el futuro y adaptadas a las necesidades de los interesados.

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