Agricultores de la ribera alta del Ebro: "Por desgracia, nos hemos malacostumbrado a que las riadas aneguen nuestros campos"

Los productores vigilan expectantes el comportamiento del río, aunque reconocen que no están muy preocupados porque el casco urbano es lo primero y el agua no llegará hasta los municipios.

El 112 Aragón pide "precaución" ante la llegada de la crecida del Ebro.
El 112 Aragón pide "precaución" ante la llegada de la crecida del Ebro.
Guillermo Mestre

Los agricultores Novillas, Gallur, Alcalá, Pradilla, Cabañas y Boquiñeni miran hacia el Ebro con la seguridad de que la crecida extraordinaria del río que baña sus municipios volverá a anegar muchas de sus tierras de cultivo. Muestran, sin embargo, cierta tranquilidad porque la avenida no llegará al casco urbano y "desgraciadamente" ya se han "malacostumbrado" a que las riadas afecten a las cosechas más cercanas a la ribera.

"Según las previsiones, la riada no es muy fuerte y será rápida", señala Juan Manuel Sanz, agricultor de Boquiñeni, que insiste en que "los cascos urbanos es siempre nuestra prioridad". Aunque la inquietud nunca se pierde por completo, Sanz reconoce que las tierras que podrían verse afectadas por la punta de la crecida que llegará este jueves a estas primeras poblaciones está ocupadas por cereal, cuyo estado fenológico no hace prever grandes pérdidas. "En principio no pasa nada porque el cultivo esté dos días bajo el agua, es como un susto pero no es como para que se muera", detalla muy gráficamente este agricultor de Boquiñeni. 

Hay también en la zona alguna granja que podría verse afectada pero, según asegura Sanz, está protegida y no parece que el caudal con el que llega la crecida del Ebro, muy inferior a la última avenida extraordinaria registrada en diciembre de 2021, pueda llegar hasta la instalaciones.

Pero si los daños son menores, es también porque en esta zona inundable los profesionales del campo ya hace tiempo que decidieron dar un giro a sus cultivos, "aunque haya sido a costa de perder dinero", explica Sanz. De hecho, la zona de huerta de estos municipios, en los que se levantaban cultivos de mayor valor, como frutales, almendros o maíz, se ha reconvertido en campos de producción de festuca o en choperas.

A pesar de ello, Sanz pone voz a muchos de los productores de estos municipios. "Nosotros vivimos de la agricultura y no podemos vivir siempre así", afirma, para insistir en que los agricultores ya han hecho todo lo que está en su mano. Por eso, sin dejar de mirar al río vuelven su mirada hacia las administraciones para exigir que se aceleren las actuaciones previstas e incluidas en la estrategia Ebro Resilience, un plan destinado a aumentar la resiliencia del sistema puesto en marcha tras las importantes avenidas del año 2015 por el entonces Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, la Confederación Hidrográfica del Ebro y las comunidades autónomas de La Rioja, Aragón y Navarra.

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