economía
Vuelve a cambiar la factura de la luz en 2024: los recortes de las rebajas de impuestos
El fin de las ayudas fiscales por el impacto inicial que tuvo la guerra en Ucrania puede dar un paso más por la vuelta de los precios a niveles anteriores a la invasión de Rusia.
El precio de la luz se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para los hogares con el estallido de la guerra en Ucrania hace ahora dos años. En 2022 el coste diario de la electricidad se seguía con interés porque hubo picos tan altos que hicieron que la media del ejercicio terminara en 700 euros por megavatio hora. Esto supuso casi duplicar las cifras de 2021, que ya habían sido de récord debido a la reactivación de la economía tras el parón que supuso la pandemia de coronavirus en 2020. Fueron necesarias ayudas en la factura de distintos tipos, que ahora llegan a su fin. Con el primer trimestre se termina otra parte de las rebajas fiscales que aprobó el Gobierno dentro de los paquetes para aliviar el impacto económico de la invasión rusa.
"El precio de la electricidad es parecido al de antes de la guerra en Ucrania", asegura José María Yusta, experto en mercados energéticos y profesor de Ingeniería de la Universidad de Zaragoza. El precio en 2023 ya cerró en 220 euros por megavatio hora y en lo que va de 2024 ha seguido a la baja hasta el punto de que en jornadas como la de este sábado habrá horas a 0 euros y máximos de solo 35 euros, según los datos que recoge el organismo regulador del mercado, OMIE. "Está bajando rápido por tener días de viento", apunta el experto como uno de los factores, debido al abaratamiento del 'mix' energético por el mayor peso de las energías renovables como la eólica.
Evolución del precio de la luz
En este contexto llega la segunda fase en la subida de impuestos en la factura de la luz, que en realidad supone volver a la situación de partida para ir eliminando las rebajas aprobadas estos años de guerra. El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del recibo subió en enero del mínimo del 5% al 10%. Inicialmente está previsto que siga en este porcentaje todo el año. Este sigue siendo un tipo reducido porque el que se aplicaba antes era el 21%, que es el máximo.
El impuesto de la luz que se recupera en el segundo trimestre
El experto plantea que el salto hasta el tipo máximo podría adelantarse precisamente por la bajada de precios. El Gobierno aprobó el primer paso del camino hacia la recuperación de los impuestos anteriores a la guerra para todo 2024. Pese a ello, el RDL 8/2023 fijó la condición de que se mantendría el tipo del 10% mientras el precio medio aritmético del mercado diario superara los 45 euros/MWh. En la actual situación de precios bajos puede que la media mensual que se toma de referencia resulte inferior. Queda así abierto el interrogante de si el IVA puede terminar subiendo al 21% este año en vez del que viene.
El tributo que sí está previsto que suba en el segundo trimestre es el Impuesto Especial sobre la Electricidad (IEE), aunque continuará sin recuperarse del todo. En este primer trimestre aparece en el recibo de la luz fijado en el 2,5% para aumentar al 3,8% a partir de abril. Este impuesto alcanzaba el 5,113% antes de la guerra.
Atendiendo a las previsiones, el precio de la energía eléctrica "ha caído un 50% en los últimos tres meses en el mercado de futuros", indica el experto. Yusta reconoce que "estamos en una bajada totalmente inesperada". Todavía no se notará en el recibo, porque se aplica con cierto decalaje, y "puntualmente la inflación puede subir por la recuperación de impuestos", como ocurrió en enero. Los datos del primer mes del año arrojaron un Índice de Precios al Consumo (IPC) al alza (3,4% en España y 3,1% en Aragón) por el inicio de la retirada de rebajas fiscales de la energía.
Los precios del gas se estabilizan
El profesor recuerda que "el precio de la luz depende del gas y del resto energías, en España cada vez hay más penetración de la solar y la eólica y este año ha habido algo más de producción hidroeléctrica". En este sentido, el gas ha vuelto a precios preguerra después de desestabilizar a familias y empresas.
En cuanto al impacto en las empresas, desde la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza su director, José Miguel Sánchez, destaca que "la primera gran afección de la guerra fue que se dispararon las materias primas, especialmente el gas". Señala que "hubo un primer pico que fue muy duro", en cuanto a las subidas de precios. Los incrementos pusieron al límite a empresas con grandes consumos de electricidad que vieron cómo se multiplicaban sus facturas, al igual que las de los hogares. "En las electrointensivas se planteó la presentación de expedientes de regulación temporal (ERTE)", recuerda.
De hecho, el profesor Yusta apunta que una de las razones de que ahora los precios de la luz sean más bajos es que la demanda de gas se ha reducido en el mundo desde la escalada del precio del gas. Se produjo la deslocalización de producción de algunas multinacionales para reducir sus facturas. Hubo más afecciones en Alemania, país más dependiente del gas ruso. Se trata de la cruz de los precios actuales más bajos. A ello se une que los dos inviernos complicados que se preveían, por las sanciones al gas ruso, al final han sido de temperaturas "suaves" y que los países europeos guardan "reservas suficientes".
"Europa ha conseguido en dos años, en los que se preveían dos inviernos difíciles, mantener el suministro", afirma Yusta. Por contra, Rusia habría salido tocada del pulso energético con Europa. "Su principal mercado de gas por gasoducto era Europa y no ha podido compensar esa pérdida, tardará muchos años en recuperarse", asegura.
"La economía aragonesa y la española han demostrado que tienen una capacidad de adaptación tremenda. Si se hubiesen mantenido esos precios hubiera afectado mucho a todo el conjunto de la economía", asegura Sánchez.
Además del precio del gas, Aragón sufrió el impacto en sectores como la agricultura de la prohibición de las exportaciones a Rusia, debido a las sanciones internacionales, que se sumaron a otras ya existentes. "Se ha visto que la economía y las empresas son muy resilientes", concluye Sánchez.
