La morosidad del crédito al consumo roza el 7%, máximos desde mayo de 2022

Los hogares se endeudan más para pagar viajes, regalos o gastos imprevistos en un entorno de subida de precios generalizada.

Fachada del Banco de España.
Fachada del Banco de España.
EP

El crédito al consumo está poniendo a prueba el férreo control de la morosidad que los bancos han mantenido frente al temor a que la crisis de precios y las subidas de los tipos de interés disparasen el volumen de impagos.

La resistencia del mercado laboral ha permitido a las familias seguir pagando sus hipotecas. Pero no ocurre lo mismo con los préstamos a los que se suele recurrir para financiar la compra de un coche, viajes, regalos o gastos imprevistos, donde la morosidad alcanzó el 6,97% en noviembre. La ratio suma así cinco meses consecutivos de subidas, superando los 3.000 millones de euros por primera vez desde mayo de 2022, según datos del Banco de España.

Esa tasa -referida a las denominadas entidades financieras de crédito, que incluyen filiales de bancos y otras firmas especializadas que permiten a sus clientes aplazar el pago de sus compras- se mantiene lejos de los picos de entre el 10% y el 11% que se observaron entre 2010 y 2014. Pero si se obvia ese episodio de estrés posterior a la crisis financiera global, el 7% que ahora roza la tasa se ha rebasado solo en contadas ocasiones. En concreto, en agosto de 2020, en plena pandemia, y en marzo, abril y mayo de 2022.

Los datos evidencian que muchas familias han recurrido al endeudamiento para afrontar las vacaciones de verano y la recta final de 2023, en la que se concentra el mayor volumen de consumo con eventos como el Black Friday, las compras de Navidad o las rebajas de enero.

Según una encuesta de Kantar Insights para Asnef, el 31% de los hogares ha utilizado préstamos para financiar estos gastos, mientras que un 20% recurre a ellos en la cuesta de enero. "El otro momento del año en el que más créditos se solicitan son las vacaciones de verano, con un 33%", recuerdan los analistas. Desde KPMG también apuntan a que uno de cada cinco españoles recurre a este tipo de financiación para sus compras en estas fechas.

El problema es que, por norma general, estos préstamos al consumo suelen tener intereses muy elevados, superando con holgura el 8% en la mayoría de los casos. Así que hacer frente a esa deuda puede convertirse en un problema para las familias más endeudadas y, como ya se está observando, también para las propias entidades, que consideran dudosos los créditos que se han dejado de pagar durante un periodo de más de 90 días, tanto si se trata del principal como de los intereses.

Frente al incremento de los impagos en el crédito al consumo, los bancos están demostrando un control absoluto de la tasa de morosidad general, que en noviembre cayó al 3,57% desde el 3,60% anterior. El volumen de impagos apenas subió en 17 millones de euros, hasta contabilizar un total de 42.396 millones. Pero como el 'stock' de crédito también repuntó con fuerza, la ecuación se equilibra y la tasa de mora se mantuvo contenida.

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