Leciñena, abocada a presentar un segundo concurso voluntario de acreedores

Partners Connect Holding debe parte de la nómina de octubre a los trabajadores

Un trabajador en las instalaciones de la fábrica de Leciñena en Utebo Zaragoza en 2020.
Un trabajador en las instalaciones de la fábrica de Leciñena en Utebo Zaragoza en 2020.
Oliver Duch

La falta de liquidez ha llevado a Partners Connect Holding a tener que presentar un segundo concurso voluntario de acreedores para Leciñena, empresa zaragozana que compraron a sus antiguos dueños en 2017, después de que entrara en procedimiento concursal en 2014. 

El nuevo concurso lo presentaron el pasado jueves por la tarde, aunque se registró en los juzgados de lo Mercantil de Zaragoza el viernes. Se abre ahora el plazo estipulado para que el juez nombre administrador concursal y será él quien analizará si todavía puede ser viable parte del negocio.

Consultada la propiedad de la empresa a finales de octubre, dijeron que «seguían haciendo esfuerzos» por dar con algún inversor y evitar así llegar al concurso, pero finalmente se han visto obligados a solicitarlo.

No solo tienen deudas ya con los proveedores sino con la propia plantilla, a la que deben parte de la nómina de octubre (han cobrado únicamente 500 euros) y haber ido ‘in crescendo’ los problemas de suministro ya que hace meses que no les sirven piezas, por impago, lo que imposibilita acabar remolques y semirremolques que están sin terminar de fabricar en la planta de Utebo.

El taller que Leciñena tenía en Barcelona ya está cerrado, informaron fuentes del sector, que señalaron que personal de Utebo se trasladó en las últimas semanas allí para traerse la maquinaría.

Todo apunta a que esa segunda oportunidad que llegó de la mano de la nueva propiedad en 2017, apoyándose en el que fuera cinco años director general de Leciñena, Juan Fernández, que logró devolver a la empresa a la senda de crecimiento, ha fracasado. Esa buena marcha de 2018 y 2019 se truncó con la pandemia y posteriormente se acabó de torcer con el encarecimiento del coste de las materias primas y los problemas de suministro. Un conjunto de circunstancias que volvieron a tumbar la reactivación del negocio.

Los 78 trabajadores que ya sufrieron retrasos en el pago de la nómina de septiembre (ya abonada), esperan ahora poder cobrar la totalidad de la de octubre y aguardan con preocupación las noticias sobre su futuro. Es decir, si al final se les aplicará un ERE o despido colectivo a todos o se podrá mantener algo de actividad.

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