Entrevista

Ángel Samper: "Primero hay que hacer las obras de regulación y luego ya hablaremos del trasvase"

El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación asegura que no hay ayudas directas a la sequía porque el sector entendió que era mejor subvencionar créditos.

Ángel Samper, consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón.
Ángel Samper, consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón.
Oliver Duch

¿Se imaginaba como consejero de Agricultura?

Ni remotamente, porque después de que el director de Asaja se fuera como diputado a las Cortes, menos aún se me pasaba por la cabeza abandonar Asaja porque dejaba un roto en la organización.

Usted ha representado al sector agrario exigiendo a sus antecesores, incluso en las calles, acciones y medidas. Tras cien días en el cargo ¿ha comprobado, como ha dicho alguna vez, que una cosa es predicar y otra dar trigo?

No, no. Siempre digo que hay que intentar cambiar la dinámica de las cosas ahí donde se está. Voy a reivindicar lo mismo que venía reivindicando hasta ahora en el otro lado. Que la dificultad añadida al estar en la parte de la administración existe, es cierto, y evidentemente no todo es como desearíamos. Pero la sensibilidad con el sector es la misma, con la responsabilidad de que ahora estoy en la parte de la Administración y hay que cumplir las normativas. En todo caso, lo que no nos guste intentaremos cambiarlo.

¿Tuvo dudas de la continuidad del director general de Caza por las críticas que despertó su tuit ensalzando a Millán Astray?

No tuve ninguna duda en ningún momento. Fue un ardid y un juego político que me molestó mucho. Si algo es Jorge Valero es democrático y simplemente aprovecharon un tuit que ni siquiera era suyo, únicamente lo trasladó porque perteneció a la Legión y tiene ese orgullo.

En su discurso de investidura, Pedro Sánchez afeó a aquellas comunidades que han dejado en manos de Vox una consejería tan importante como la de Agricultura. ¿Le molesta?

Viniendo del presidente, no. Solo demuestran su cariz político y que le importa un bledo conocer al equipo de la Consejería de Agricultura de Aragón. Lo que me molesta es que eso de perdonar la deuda a unas comunidades o a otras va a hacer que Aragón tenga al año que viene una dificultad sobresaliente con los presupuestos.

¿Qué le parece la continuidad de Luis Planas en Agricultura?

Nuestra posición es siempre practicar la suma con todos los activos agrarios. Con el máximo exponente que es el ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación debería ser con más motivo todavía, pero nos lo pone difícil cada vez que se pone de perfil ante temas sustanciales como la PAC o los protocolos de actuación en medidas sanitarias.

¿Ya tiene preparada la lista de demandas que le planteará la próxima vez que lo vea?

Le plantearé que queremos elevar la alimentación al nivel de la sanidad y la educación. Es un trabajo ímprobo que tenemos como consejería, pero quiero que sea un trabajo coral, con las organizaciones agrarias, las industrias, cooperativas, con el resto de las comunidades autónomas y, por supuesto, con el Ministerio.

El presupuesto de Agricultura se ha incrementado un 2,7%. Usted dijo que sería un aumento sustancial. ¿Lo es?

Sí, porque el incremento no es del 2,5%, el incremento es del 40%. Cuando he hablado de presupuestos y he hecho una comparativa entre el año 2014 y el 2023 he hablado única y exclusivamente de fondos propios, porque es la partida que a nosotros nos ocupa. Y en este momento tenemos 77,7 millones de presupuesto de fondos propios, cuando en 2023 esa cifra era 55 millones, así que la elevación en términos absolutos es del 40% y eso es un incremento sustancial.

¿Es suficiente para ese objetivo de elevar la alimentación a nivel de la educación o la sanidad?

No, para eso hay que hacer mucho más que disponer de presupuestos. Hace falta la unión del sector. Y estamos trabajando también a nivel nacional, con contactos con las cinco consejerías de Vox, pero queremos también que participen las consejerías del ramo del PP y las del PSOE. Tiene que haber también una estrategia de comunicación para acercar la alimentación al consumidor, pero hay que hacerlo con el rigor de los avales científicos y evitando esa ideologización que, por ejemplo en la PAC, está gravando al sector y provocando el desánimo con prohibiciones de fitosanitarios o imposiciones de bienestar animal, basadas en la ideología y no en el rigor científico.

La consejería de Agricultura se ha separado de la de Medio Ambiente y tampoco incluye ya a Sarga, al Inaga o al Instituto del Agua. ¿Va a ser más difícil conjugar agricultura y medioambiente estando en distintas consejerías?

A mí me hubiera gustado que se hubiera quedado todo en la misma consejería, hubiera sido más fácil, aunque yo hubiera tenido mucho más trabajo, evidentemente. Pero no me preocupa porque el perfil del consejero Manuel Blasco es bueno y no va a haber problemas para coordinar acciones y llegar a soluciones. En la anterior legislatura sí que había un problema porque Medio Ambiente estaba en manos de Podemos y me consta que había cuestiones que el propio consejero no podía abordar por diferentes formas de entendimiento y tendencias dentro de la propia consejería. Así que aunque ahora las áreas están separadas, creo que el entendimiento se va a producir y va a ser más fácil porque está en el mismo cauce.

Se integra, sin embargo, el CITA, que estaba en Ciencia y Tecnología. Ha dicho que va a acometer su reestructuración. ¿Por qué y en qué sentido?

Bueno, reestructuración como tal, no. Lo que va a haber es un cambio y no va a ser fácil porque hay 270 personas adscritas al CITA y yo no voy a entrar como elefante en cacharrería, pero van a cambiar cosas que no vienen funcionando desde hace tiempo. Hay un deseo de la mayor parte de investigadores y transferidores de que el trabajo que realizan esté cercano a la población, al agricultor y al territorio. Eso es lo que vamos a intentar cambiar, para que se investigue aquello que realmente preocupa al sector.

Pero eso se estaba haciendo, ¿no? El CITA participa en muchísimos grupos operativos y de cooperación con los que se dan soluciones tecnológicas a los problemas del sector.

El CITA tiene un nivel de prestigio muy elevado y hace un trabajo excepcional, pero también, y lo dice el sector y los propios investigadores, necesita un plus de trabajar más cuestiones que estén ligadas a las necesidades y preocupaciones del agricultor y el ganadero.

Nada más llegar a la consejería ha tenido que lidiar con la enfermedad hemorrágica del vacuno ¿Cómo está en estos momentos la situación y qué es lo que está haciendo la consejería?

Ahora que vamos a entrar en invierno la evolución de la enfermedad no debería ser objeto de extrema preocupación, pero sí lo es para esta consejería. Yo que vengo del mundo ganadero estoy muy preocupado y ya he trasladado personalmente al Ministerio la necesidad de extender un protocolo, porque las comunidades autónomas no podemos obrar a la carta y algunas ya lo están haciendo. Creo que Planas no ha actuado con responsabilidad, dejando que cada comunidad responda como le dé la gana en cualquier tema sanitario y nos ha dejado a los pies de los caballos. Veremos lo que ocurre en los próximos meses. Nosotros nos comprometimos con temas de prevención, aunque efectivamente al final son cantidades muy pequeñas. Si al final tenemos que responder con algún tipo de ayuda directa, eso nos va a hacer romper estos protocolos de actuación. Y eso es muy grave.

Las consejerías de Castilla y León o Extremadura, también de Vox, han dado ayudas directas. ¿Lo va a hacer usted en Aragón?

He dejado clara mi postura. El Ministerio debía haber dado unas directrices para todos, porque no puede haber medidas a la carta, pero si hay inmovilismo por parte del ministro no podremos ser insensibles y tendremos que dar respuesta a los ganaderos de alguna forma también.

¿Están totalmente descartadas las ayudas directas a los afectados por la sequía?

Las ayudas directas son un compromiso de nuestro presidente Jorge Azcón. Disponemos de 8 millones, que es una cifra importante, pero si las repartimos entre las 35.000 solicitudes de la PAC apenas llega para 200 euros por beneficiario. Así hubiéramos cubierto el compromiso del Gobierno de Aragón, pero hubiera sido una ayuda insignificante. El propio sector nos dijo que la mejor fórmula era ampliar la subvención del Ministerio en los préstamos por sequía. Sigue siendo una ayuda directa, porque va directamente al bolsillo del agricultor desde el minuto uno.

Usted sabe bien que eso no es una ayuda directa y que no esa fórmula a la que se refieren las organizaciones agrarias cuando las reclaman como hacía usted cuando estaba al frente de Asaja.

Vuelvo a decir que es lo que ha pedido el sector.

¿Cree realmente que se puede resucitar el embalse de Biscarrués como ha prometido el presidente de Aragón?

Sería deseable. Creo que el anuncio del presidente fue una afirmación estelar, porque en materia de agua tenemos un profundo déficit en regulación. No es normal que ahora, en dos telediarios, se hayan llenado los embalses y dentro de dos días estemos resoplando porque nos falta agua. Falta regulación, con lo cual el embalse de Biscarrués es una buena solución. Los embalses son necesarios, si no puede ser en los cauces de los ríos, pues por derivación, pero tiene que haber regulación.

¿Dónde y cómo?

Yo creo que hay muchas soluciones, pero también hay que evitar el conflicto social, pero el no por el no no puede existir, porque el agua es un bien social.

Vox ha defendido abiertamente el trasvase del Ebro. ¿También lo defiende usted?

Yo no voy a entrar a hablar de trasvase sí o no, porque se defiende o se rechaza sin abordar lo sustancial, que son las obras de regulación. El Pacto del Agua no se ha cumplido y hay obras pendientes, así que primero que se hagan las infraestructuras, que se ejecute lo que estaba comprometido, y luego ya hablaremos de trasvase o de lo que haya que hablar. Creo que esa es la forma más inteligente de abordar la cuestión.

¿Cuando habla de universalizar el seguro agrario quiere decir que hay que hacerlo obligatorio?

A nadie se le pasa por la cabeza que va a tener siniestros en su casa o en su coche, pero nadie deja de asegurar su casa o su coche. Es así como debe funcionar el seguro agrario, es decir, que tengan que hacerlo incluso aquellas producciones que no suelen tener siniestralidad. La obligatoriedad va a hacer que los agricultores y los ganaderos tengan mayor seguridad, porque las administraciones difícilmente pueden responder siempre a acontecimientos extraordinarios. Es cierto que estamos muy lejos de llegar a eso, que es un pretensión ambiciosa pero creo que el camino para garantizar la tranquilidad de renta al agricultor es un buen aseguramiento.

¿Qué va a pasar con la Ley de Agricultura Familiar? Usted dijo que se iba a derogar y el presidente Azcón que solo se modificaría.

Vamos a ir eliminando de la ley todas las cuestiones que el sector nos dice que son nocivas y a la par vamos a construir la nueva ley vistiéndola con aquello que nos reclama el propio sector. Si al final terminamos derogando la ley o no eso nos da igual. No queremos una ley que no quiera el sector, queremos una ley que esté construida con el sector.

Todas los subsectores agrarios tienen problemas, pero ¿cuál le preocupa más?

La ganadería extensiva me preocupa mucho, porque sus problemas no van a tener solución si no es con un trabajo coral de todas las comunidades autónomas y del propio Ministerio. Para salir adelante el ovino necesita unos ingresos de unos 160 euros por oveja, de los cuales 90 pueden venir vía venta cordero, pero el resto tiene que ser ayuda pública. Si no hubiera habido desacoplamiento, ahora se podría responder mejor.

"El mal está hecho y tenemos una PAC muy medioambientalista"

Al consejero de Agricultura no le gusta la nueva PAC. Lo ha dicho en repetidas ocasiones, pero reconoce que el camino para mejorarla es muy corto. "Hay tiempo hasta marzo para trasladar las cuestiones que se pueden modificar", explica Samper, que asegura que ya está trabajando con las organizaciones agrarias y las comunidades autónomas, "con las que es bueno buscar afinidades sean del color que sean", matiza. Comenzará primero con aquellas autonomías en las que Vox forma parte del Gobierno para analizar las posibles flexibilidades, "aunque el mal ya está hecho y tenemos una PAC extremadamente medioambientalista, que está lastrando a un sector agrario que hoy cobra menos y tiene más exigencias", señala.

Samper insiste en que "hay que hablar de agricultura activa, y apoyar a todo el que activamente hace las cosas bien, tenga mucho o tenga poco", en contraposición –dice– del argumentario de aquellos que defienden «delimitar las ayudas a la renta a determinadas estructuras». En cualquier caso, insiste en que recogerá lo que el sector "coralmente" le diga y eso es lo que trasladará al Ministerio

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