cesta de la compra
El precio del aceite de oliva se resiste a bajar: “Podría relajarse en junio si llueve en primavera”
El consejero delegado de Deoleo, la mayor compañía de aceite de oliva en el mundo, y presidente de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, advierte de un posible y no muy lejano encarecimiento de las aceitunas de mesa.
Habrá que esperar casi un año para comenzar a ver unos precios del aceite de oliva algo más asequibles para el bolsillo de los consumidores. Las perspectivas de la industria española no apuntan precisamente a un abaratamiento de este producto estrella de la dieta mediterránea que incluso luce en los lineales con sistemas de seguridad y alarma y precios que se han disparado e litro de aceite en los lineales hasta los 12 euros.
Asi que ahora que acaba de comenzar la recolección de la oliva y que las previsiones de producción apuntan a una cosecha corta de apenas 765.000 toneladas para la campaña 2023/24 -un 15% más que la anterior y un 34% por debajo de la media de las últimas cuatro-, el consejero delegado de Deoleo y presidente de la FIAB, Ignacio Silva, se muestra convencido de que los precios del aceite no van a bajar en los próximos meses. Tampoco tendrán una subida tan elevada como la que han tenido durante los últimos meses, pero no comenzarán a relajarse hasta que llegue el verano. Y lo harán si las lluvias llegan en primavera y los agricultores comienzan a ver la posibilidad de obtener una buena cosecha. “No vemos una caída de precios hasta mitad de año, pero vemos una relajación de precios al consumidor a partir de junio.”, ha asegurado Silva este jueves en el marco del 38º Congreso de Gran Consumo de Aecoc, que reúne en Zaragoza a casi 1.200 participantes.
El representante de Deoleo, la compañía española lider mundial de aceite de oliva con marcas líderes como Bertolli, Carapelli y Carbonell, ha negado que exista especulación en la formación de los precios del aceite de oliva, pero ha dejado caer que “la oferta está controlada de octubre a octubre”, por lo que ha defendido que “sería muy bueno para toda la categoría de producto” contar con un sistema de producción “más transparente y anual, como ya ocurre en el vino”.
En cualquier caso, ha reconocido que este encarecimiento tiene mucho que ver con la oferta y la demanda y lo que sucede es que “no hay aceite”. Y aunque ha reconocido que las medias son siempre perversas y hay muchos agricultores que están sufriendo mucho porque han perdido la mitad de la cosecha, lo cierto es que las cifras dan buena cuenta de la realidad. Y esa realidad dice que el coste de producción de un kilo de aceite en superintensivo era hace apenas unos años de 1,2 euros el kilo, mientras que ahora está en los 1,8 euros. En la producción tradicional este coste es ahora de 3,2 euros el kilo cuando hace apenas cuatro años era de 2,2 euros. Sin embargo, el aceite se paga en 2019 a 2,2 euros y hoy cuesta 9 euros. “El agricultor si está ganando, pero no es especulación, es oferta y demanda, y apenas hay oferta”.
El aumento de precios ha contribuido a un descenso del consumo de aceite de oliva que Silva ha cifrado en más del 20%, pero eso no significa, ha matizado, que haya habido un trasvase hacia otro tipo de productos más baratos, que apenas se han anotado un incremento del 2%. Lo que ha sucedido, ha señalado el presidente de la patronal de la industria alimentaria, es que los consumidores españoles, que tienen un gran apego y fidelidad a este alimento, han reducido la proporción de aceite que utilizan.
Y aunque Silva espera que el mercado del aceite recupere su normalidad, al menos a partir de la campaña del próximo año, ha adelantado otro escenario que también tendrá impacto en el bolsillo de los ciudadanos. “Con un precio del aceite de oliva tan alto, se va a producir un trasvase hacia estos productos con el consecuente incremento de precio en las aceitunas de mesa”.
