La inflación ya comienza a moderarse frente a los niveles récords del año pasado. Pero se debe, principalmente, a la caída de los costes energéticos y no a los alimentos básicos que los ciudadanos españoles consumen cada día. Como el aceite de oliva, que ha experimentado una escalada sin precedentes en estas últimas semanas y se ha puesto al alcance de muy pocos. Más concretamente, desde la primera quincena de julio el precio del aceite de oliva virgen extra, conocido como AOVE, se ha encarecido un 15,4% y en algunos casos las subidas superan el 30%, según un estudio publicado este viernes por la OCU. De esta forma, un litro alcanza "fácilmente" los 10 euros, ha precisado la organización de consumidores.

Pero lo paradójico es que el precio aquí de este producto clave en la dieta mediterránea es bastante superior al de otros países del entorno, siendo España el primer productor mundial. Así lo señala un estudio comparativo realizado por la OCU de precios del aceite de oliva virgen extra de marca de distribución a la venta en veinte cadenas de supermercados de España, Italia, Francia y Portugal.

El precio medio actual del aceite de oliva virgen extra de marca blanca en España es de 8,72 euros/litro, frente a los 8,21 euros/litro que tiene en Italia, los 7,95 euros/litro en Francia y los 6,86 euros/litro en Portugal. Es decir, este tipo de aceite de oliva, el más consumidor en nuestro país, es un 6% más caro que en Italia, un 16% más caro que en Francia y un 27% más caro que en Portugal.

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Ante esta situación, la OCU pide al Ministerio de Agricultura que lleve a cabo inspecciones inmediatas para garantizar un control de la cadena de producción del aceite de oliva para evitar los abusos y la especulación que pudiera producirse y que tiene efectos negativos tanto para el sector como para los agricultores y especialmente para los consumidores.