Tercer Milenio

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ciencia

Investigación superior para apoyar al agro

Nanociencia o bioquímica son algunas de las áreas en las que el Centro Superior de Investigaciones Científicas investiga en Aragón, contando también con organismos dedicados al sector agrícola y su relación con la ecología.

Las instalaciones de la Estación Experimental se ubican en el Campus de Aula Dei.
Las instalaciones de la Estación Experimental se ubican en el Campus de Aula Dei.
EEAD-CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es una agencia estatal para la investigación científica y el desarrollo de tecnológico. Es el cuarto instituto en Europa por su producción científica. Tiene como misión «el fomento, coordinación, desarrollo y difusión de la investigación científica y tecnológica de carácter pluridisciplinar con el fin de contribuir al avance del conocimiento y al desarrollo económico social y cultural, así como a la formación de personal y al asesoramiento de entidades públicas y privadas en esta materia», según explican desde el propio Consejo.

En toda España, el CSIC cuenta con 121 centros de investigación y tres centros nacionales. En Aragón, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas tiene una delegación institucional, ubicada en Zaragoza y encabezada por María Jesús Lázaro, que sirve como enlace e interlocutora del Consejo con otras instituciones públicas y privadas.

Carboquímica, nanociencia, tecnología de materiales, hidrología, geología estructural y tectónica o paleontología son algunas de las materias en las que los diversos institutos del Consejo trabajan en Aragón. Así el CSIC en la Comunidad cuenta con el Instituto de Carboquímica (ICB-CSIC); el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA), un instituto mixto entre el CSIC y la Universidad de Zaragoza; el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISQCH), también mixto entre el CSIC y la Universidad de Zaragoza; y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC).

En una Comunidad en la que el sector agrario supone aproximadamente el 10% de su Producto Interior Bruto, la investigación para su evolución y desarrollo ocupa un papel esencial. También la agricultura es materia de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que en Aragón se lleva a cabo a través de la Estación Experimental del Aula Dei (EEAD-CSIC), que está a punto de cumplir ocho décadas de vida. Tiene como misión «aportar al sector agrícola materiales y tecnologías para aumentar su competitividad y sostenibilidad partiendo del conocimiento de los procesos implicados en la producción vegetal», indican desde el CSIC.

Las investigaciones de la EEAD-CSIC tienen su complemento en el trabajo que desarrolla el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), cuya misión principal es «contribuir a la comprensión del funcionamiento y la estructura de los sistemas terrestres y los organismos que allí habitan». En el IPE «se investigan los cambios que ocurren en estos sistemas como consecuencia del cambio global, incluyendo la variabilidad climática y las actividades humanas, proporcionando las bases científicas para su conservación y gestión», apuntan desde el CSIC.

Los institutos del Centro Superior de Investigaciones Científicas obtuvieron entre 2019 y 2021 cerca de 44 millones de euros por ingresos de proyectos de diversa índole. De ellos, 18 millones de euros procedieron de proyectos internacionales. Su personal en Aragón ha publicado más de 700 artículos en los últimos años y son referentes en sus diversos campos, siendo de los más citados por el resto de la comunidad científica.

El IPE analiza el impacto de las actividades humanas en los paisajes.
El IPE analiza el impacto de las actividades humanas en los paisajes.
IPE

Creada el 20 de enero de 1944, la EEAD, perteneciente al CSIC, desarrolla, desde hace casi ocho décadas, proyectos de investigación que contribuyen a la mejora de la producción del sector agrario. Tal y como indican desde la propia estación, su misión es aportar «a los sectores privados y entes públicos y al sector agrícola materiales y tecnologías para aumentar su competitividad y sostenibilidad partiendo del conocimiento de los procesos implicados en la producción vegetal». Todo esto se orienta hacia tres bloques: el incremento de la productividad de los cultivos de zonas templadas semiáridas, el desarrollo de tecnologías para la sostenibilidad de las producciones agrícolas y el medioambiente y el incremento de la calidad y el valor añadido de los productos agrícolas. «Esto abarca tanto la investigación científica básica de calidad como la formación de personas y la difusión de nuestros resultados a la sociedad», señalan desde el instituto.

Biología computacional y estructural, fijación de nitrógeno en leguminosas, mejora genética de frutales y calidad del fruto o manejo del suelo y cambio global son algunos de los grupos de investigación que trabajan en la Estación Experimental de Aula Dei. Son un total de catorce grupos, que se dividen en cuatro departamentos: Genética de Producción Vegetal, Nutrición Vegetal, Pomología y Suelo y Agua.

La EEAD-CSIC aspira a consolidarse como «el instituto de investigación de referencia para la agricultura de clima templado semiárido en España», apuntan. Para ello, estiman que la Estación «debe seguir apoyando la investigación de calidad reforzando su relevancia internacional, con clara vocación de cooperación, para lo que debe participar de modo más activo en desarrollos y plataformas europeas de investigación agroalimentaria».

Los objetivos inmediatos de la EEAD-CSIC en materia de investigación «deben incidir en áreas con fuerte demanda social como la sostenibilidad de los sistemas productivos, la gestión del agua como recurso escaso y estratégico y la calidad y seguridad de los productos agrarios».

Creada en 1944, la EEAD impulsa proyectos que contribuyen a la mejora del sector agrario

Para lograr estos objetivos, la Estación nombraba recientemente como director a Manuel Matamoros, científico que cuenta con una dilatada trayectoria en la organización. Colaboran con él, como vicedirectores, Celia Cantín y Jorge Álvaro. Entre los retos de este nuevo equipo directivo se encuentran la atracción de personal «joven, cualificado y motivado» y la reforma «integral» de las instalaciones de la EEAD-CSIC.

«En los últimos años, el número de plazas de personal científico, técnico y administrativo ha sido escasa. En cualquier caso, la reciente aprobación del Contrato de Gestión entre el CSIC, el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Ministerio de Hacienda y Función Pública creemos que va a suponer un aumento de recursos en las futuras ofertas de empleo público. Esperamos que esto nos permita incorporar personal joven y rejuvenecer así la plantilla, paso fundamental para mejorar nuestra competitividad internacional y asegurar el futuro del instituto», señala Matamoros.

Otro de los desafíos del nuevo equipo directivo es promover una reforma integral de las instalaciones. Unas instalaciones obsoletas «pueden dificultar la atracción de nuevos investigadores y el establecimiento de nuevas líneas de investigación, limitar el desarrollo de los proyectos en marcha, aumentar el riesgo de accidentes laborales y dificultar la eficiencia energética. Además de suponer un gasto económico significativo en tareas de mantenimiento», asegura el director de la EEAD-CSIC.

Instituto Pirenaico de Ecología

La restauración de paisajes es una de las áreas de trabajo del IPE.
La restauración de paisajes es una de las áreas de trabajo del IPE.
IPE

La labor de los científicos de la Estación Experimental de Aula Dei tiene su complemento en las investigaciones que lleva a cabo el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE). Si bien este organismo no está estrechamente relacionado con las actividades agrarias, muchas de sus investigaciones aportan claves para que los científicos de la EEAD-CSIC puedan desarrollar sus proyectos.

«El IPE está orientado hacia la ecología y la gestión de recursos naturales. Investigación de base e investigación aplicada sobre los fenómenos de los ecosistemas se interrelacionan con la sociedad. Intentamos generar conocimiento que sirva para la protección de los ecosistemas y la restauración de su funcionamiento, que puede verse alterado por la acción humana», apunta Enrique Navarro, vicedirector del Instituto Pirenaico de Ecología.

«Lo que nosotros hacemos es aportar conocimientos en cuanto a recursos y necesidades, pero las recomendaciones en relación con las prácticas o manejos en agricultura surgen de la labor investigadora de los científicos de la Estación Experimental del Aula Dei», añade.

Así pues, podría considerarse que la labor del IPE es «el paso previo». Desde allí se genera «el marco de conocimiento para poder prever y mitigar el impacto de las modificaciones que la actividad humana, como pueden ser la agricultura o la minería, tienen sobre el paisaje. Y todo esto se hace desde tres perspectivas: ambiental, económica y social».

«No se puede restaurar un paisaje en contra de la sociedad que está allí»

De estas tres perspectivas, Enrique Navarro incide sobre todo en la social. «Es necesario involucrar a la sociedad rural. Solo será sostenible si sus actividades son sostenibles», recalca. Y lo hacen a través de varias vías: la primera de ellas es la que denominan ciencia ciudadana (voluntarios que les recopilan datos…). Por otro lado, trabajan siempre haciendo participativos los procesos de restauración de los paisajes, es decir, permitiendo a los habitantes de la zona que se va a restaurar participar en la toma de decisiones. «No se puede hacer la restauración de un paisaje en contra de la sociedad que está allí, sino con la gente del territorio», asevera el vicedirector del IPE.

El Instituto Pirenaico de Ecología es uno de los 20 centros de investigación en recursos naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Cuenta con dos sedes: una en Zaragoza y otra en Jaca (Huesca). En él, trabajan 99 personas (55 hombres y 44 mujeres) y, en el año 2022, captó 5,7 millones de euros en proyectos competitivos.

Entrevista a Manuel Matamoros director de la EEAD-CSIC

"El sector agrario debe perder el miedo a financiar proyectos de investigación"
Manuel Matamoros, nuevo director de la EEAD, en el laboratorio.
Manuel Matamoros, nuevo director de la EEAD, en el laboratorio.
IZE

¿Qué supone para usted este nombramiento como director de la Estación?

Para mí, el nombramiento supone una oportunidad de contribuir, desde un puesto de gestión científica, a la mejora del instituto. A lo largo de sus casi 80 años de funcionamiento, la EEAD ha sido un instituto de referencia nacional en I+D. Nuestro objetivo es afianzar este liderazgo incorporando personal joven altamente cualificado y estrechando la colaboración con otros centros de investigación locales, nacionales y extranjeros.

Uno de los retos que se plantea es atraer personal joven, cualificado y motivado, ¿cómo se puede lograr?

La mejor manera de atraer personal cualificado es hacer de la EEAD un lugar atractivo para desarrollar la carrera profesional. Tenemos excelentes grupos de investigación y numerosas colaboraciones y participaciones en proyectos nacionales e internacionales. Además, nuestro equipo de administración facilita enormemente la gestión de los proyectos de investigación.

También se propone reformar las instalaciones. ¿Por dónde pasa esa reforma?

El edificio de la EEAD tiene 75 años y no se ha realizado ninguna reforma integral. Estamos haciendo informes detallados para promover a medio plazo una reforma. El objetivo es adaptar nuestro instituto a las necesidades de la ciencia actual, minimizar riesgos en materia de salud laboral y mejorar la eficiencia energética.

¿Cuáles son los principales retos de futuro del sector agrario?

El principal reto del sector agrario es producir alimento suficiente y de calidad para atender las necesidades de una población mundial en constante aumento. Además, hay que hacerlo en condiciones ambientales desfavorables. Otro de los retos es minimizar el impacto de la agricultura sobre el medioambiente, optimizando el uso de agua y fertilizantes y limitando la emisión de gases efecto invernadero.

¿Hasta qué punto llega la transferencia de conocimiento generado en la EEAD al sector productivo?

Transferir los resultados de investigación al sector productivo es un trabajo al que la EEAD destina numerosos recursos. Se hace a través de diversos canales. Por un lado, estableciendo con las empresas licencias de las tecnologías desarrolladas y registradas por la EEAD-CSIC; también tenemos una estrecha colaboración con el sector productivo aragonés y nacional a través de proyectos de colaboración público-privadas y, por último, son las propias empresas las que contactan con nosotros para solucionar problemas concretos. La EEAD trabaja continuamente para conseguir transferir los resultados de investigación al sector agroalimentario, pero también es el sector el que debe perder el miedo a financiar proyectos en los centros de investigación, donde pueden encontrar soluciones a sus problemas.

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