Heraldo del Campo

Un campo de innovación

Se ponen en marcha tres nuevos proyectos de innovación, impulsados por el Clúster Aragonés para los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos, que buscan impulsar la agricultura circular y de precisión.

El aprovechamiento del lactosuero, el cultivo vertical del azafrán y la aplicación de la tecnología a los arados centras los nuevos proyectos innovadores.
El aprovechamiento del lactosuero, el cultivo vertical del azafrán y la aplicación de la tecnología a los arados centras los nuevos proyectos innovadores.
Campag

Aunque son muchos los ciudadanos que erróneamente consideran incompatible el sector primario con la tecnificación, el campo no deja de innovar. Lo hace en sus cultivos, lo hace en sus riegos, en sus materias primas y en sus procesos productivos y, por supuesto, lo lleva haciendo, con una ventaja que para sí quisieran muchos sectores, en la maquinaria que utilizan para las más diversas labores ya sea de preparación de suelo, de manteniendo de cultivos o de recolección de cosechas.

Un activo destacado en este empeño es el Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos (Campag), una asociación empresarial sin ánimo de lucro formada por empresas del sector, así como por socios colaboradores, organizaciones y entidades empresariales del sector, centros de conocimiento e institutos de investigación, que se fundó en 2017 y que cuenta con 75 socios, de los que 66 son empresas aragonesas que facturan más de 363 millones de euros y emplean a 1.486 trabajadores. Pero la importancia de esta entidad no solo la refrendan sus cifras, sino el trabajo de investigación y puntera innovación que realizan desde su constitución para acompañar a la agricultura y la ganadería hacia un futuro en el que se impone la tecnología.

Como ejemplo de esta labor, el gerente del clúster, Juan Manuel Castell, destaca los "exitosos resultados" obtenidos con la iniciativas presentadas a las distintas convocatorias promovidas por el Gobierno de Aragón para impulsar novedosos proyectos de innovación y su transferencia al sector.

"Estas convocatorias autonómicas ofrecen a Campag la oportunidad de reunir a empresas, centros tecnológicos y autónomos de toda la cadena agroindustrial, trabajando en conjunto para alcanzar objetivos comunes en áreas como agricultura sostenible, economía circular y agricultura de precisión", explica Castell, que señala que todas las líneas de actuación impulsadas por el clúster no solo tienen la mirada puesta en los desafíos a los que se enfrentan las explotaciones agrarias sino que, sobre todo, buscan mejorar la competitividad de las empresas agroindustriales, así como generar nuevas oportunidades de negocios sostenibles.

El clúster Campag no pierde de vista el impulso que está tomando la agricultura 4.0

Ese es el objetivo de las tres nuevas propuestas, impulsadas por esta entidad, que se enmarcan en el Plan Estratégico Nacional de la Política Agrícola Común (Pepac) para Aragón, y que han conseguido el visto bueno de la Administración en este mes de julio, por lo que comenzarán a andar próximamente y se desarrollarán durante los próximos tres años. Para ello cuenta con una financiación pública que supera los 500.000 euros y que implica a agroindustrias, empresas de maquinaria, productores primarios y centros de investigación.

Los proyectos llevan por nombre Go Lactovalor, Go Azafarm y Go Varilabor y tienen como objetivo dar respuesta al aprovechamiento de un residuo muy abundante en la producción de queso, el lactosuero; ofrecer una alternativa de consumo que optimiza el uso del espacio y los recursos para la producción de azafrán, el oro rojo de la gastronomía; y que quiere preparar los aperos de labor, en este caso los arados, para una cada vez más presente agricultura de precisión, en la que juega papel fundamental la más avanzada tecnología.

En el Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos (Campag) son conscientes de que el futuro exige tecnología e innovación, no solo para mejorar la competitividad de las industrias agroalimentarias o para generar nuevas oportunidades de negocio, sino especialmente para responder a los retos de sostenibilidad, circularidad y precisión que exige la futura rentabilidad del sector y que imponen las, cada vez más exigentes, normativas nacionales y europeas.

Con ese objetivo, Campag ha impulsado tres nuevos proyectos que han conseguido el apoyo económico del Gobierno de Aragón a través de las líneas de ayuda que el nuevo plan de desarrollo rural para Aragón, que se incluye en el Plan Estratégico Nacional de la PAC, establece para fomentar la colaboración y cooperación de empresas y centros tecnológicos de la Comunidad para la investigación de nuevas y avanzadas soluciones a los desafíos que tiene planteado todo el complejo agroalimentario.

"Una de las propuestas se centra en el análisis para el aprovechamiento del lactosuero, un subproducto generado en las queserías para la alimentación animal. El objetivo es promover la economía circular y generar valor añadido en la cadena productiva", detalla el gerente del clúster, Juan Manuel Castell.

De esta manera, lo que ahora es un residuo de difícil gestión podría convertirse así en una oportunidad de negocio. "Actualmente, de este subproducto se ocupa un gestor de residuos y. aunque se han hecho pruebas para alimentación de lechones e incluso para su utilización como fertilizantes, en las queserías se genera tal cantidad de lactosuero que no son suficientes esos usos como para dar salida a todo ese producto", detalla Castell.

Con esta iniciativa no solo se quiere promover la economía circular sino también generar valor en la cadena productiva, ya que se trabajará en la caracterización de los distintos elementos de valor de este suero para caracterizarlos e incluir en la dieta de las mascotas.

Oro rojo en estanterías

El cultivo del azafrán está en el centro de la segunda iniciativa impulsada por Campag. Es cierto, que el conocido como oro rojo no vive sus mejores momentos. Las dificultades de su producción, la falta de mecanización y la práctica inexistencia de relevo generacional está haciéndole perder terreno.

"El futuro exige innovación y si no lo hacemos nosotros
vendrán otros y nos echarán"

Con este proyecto se quiere impulsar su cultivo, pero no al aire libre y ocupando extensiones en horizontal, sino en sistemas verticales, es decir aquellos en los el uso de tecnologías agrícolas innovadoras permiten que las plantas crezcan en entornos de interior sin luz solar.

"Es una iniciativa totalmente innovadora porque ahora el cultivo en cerrado se hace con hortalizas o con borres, pero en el cultivo del azafrán no hay nada escrito ni ensayado por lo que hay que comenzar por estudiar las necesidades de esta producción en este tipo de sistemas", matiza Castell.

El futuro es 4.0

Los miembros del clúster no pierden de vista el impulso que está tomando la agricultura 4.0. "Es la agricultura del futuro, por lo que se hace necesario incorporar tecnología a las maquinas tradicionales para adaptarlas a las nuevas reglamentaciones y normativas, y los nuevos requisitos para hacer una agricultura más sostenible y ecológica", afirma Castell.

Por eso, el proyecto en el que Campag actúa de manera más activa –es el coordinador– es el que tiene como objetivo la aplicación de tecnología a los arados para hacer más precisa la labor que con ellos se realiza.

Pero, sea cual sea el proyecto que impulsa, el clúster lo hace teniendo siempre muy en cuenta dos líneas de actuación. "Las iniciativas tienen que llevar una componente de transformación digital y otra de sostenibilidad, economía circular o bioeconomía. Creemos que lo mejor es que incluyan las dos, porque el proyecto es entonces más disruptivo, por lo que también buscamos crear los consorcios con empresas que aporten ese tipo de innovación", añade Castell.

Aunque los agricultores y ganaderos no están tan alejados de la tecnología como pudiera parecer, el gerente del clúster matiza que son especialmente los proveedores de estos productores los que utilizan la tecnología punta. Como ejemplo, Castell, cita al sector de maquinaria agrícola, que "lleva años trabajando mucho en ese aspecto", pero también a las empresas de fertilizantes "que están inmersas en temas de biotecnología y muy preocupadas con la sostenibilidad". Y añade que son cada vez más numerosas las empresas de sensórica que han puesto su mirada en el sector agrario y están adaptando sus tecnologías a equipos que el agricultor puede utilizar para gestionar mejor su explotación agrícola.

"La cuestión es el proceso de adaptación y los precios, porque todos sabemos que la tecnología no es barata y en estos momentos hay un problema con la renta del agricultor, por lo que también encontramos dificultades para la incorporación de tecnología al sector primario", puntualiza.

El clúster ha crecido un 70% en número de socios y ha triplicado su presupuesto

A pesar de estas trabas, el sector agroalimentario y las industrias que le proveen muestra gran receptividad a la investigación y la puesta en marcha de iniciativas en las que se proponen avanzadas técnicas. "Todos los proyectos que hemos impulsado tienen elevada aceptación entre las empresas", explica Castell. "Y cada vez más", añade. Porque, como asegura, al principio era Campag el que impulsaba las iniciativas, pero ahora son las empresas las que llevan las propuestas y piden que les ayuden a completar el consorcio, a elaborar la propuesta y a presentarla a aquella convocatoria que sea más adecuada para dar salida a su idea. "Se ha creado una cultura de innovación, dentro del ecosistema que es clúster y sus socios que está dando sus frutos", afirma Castell, quien destaca que la apuesta del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón por el plan de desarrollo rural y el esfuerzo realizado en la convocatoria para incrementar el presupuesto de la línea de ayudas "se agradece mucho por parte del sector, que ve resultados muy importantes".

El cualquier caso, el representante de esta entidad reconoce que, con ayudas públicas o sin ellas, al sector primario no le queda otra que innovar, aplicar la tecnología a sus procesos productivos y digitalizar sus explotaciones. "Lo va a exigir el futuro y si no lo hacemos nosotros vendrán otros de fuera y nos desplazarán", advierte.

Plan estratégico excelente

Todo este trabajo se realiza ahora con una nueva satisfacción. Precisamente esta semana, el Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos ha entrado en el selecto grupo de clústeres excelentes nacionales tras presentar su solicitud y ser aprobada por la comisión del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que ha calificado el II Plan Estratégico 2023-2027 de Campag como excelente y, por lo tanto, merecedor de permanecer inscrito en el Registro Especial de Agrupaciones Empresariales Innovadoras (AEI).

Esta acción se ha realizado una vez superados los cuatro años como AEI, para lo cual ha tenido que presentar en su solicitud una revisión de los objetivos planteados y cumplidos en su anterior plan estratégico. El balance, explican desde la entidad, "muestra un crecimiento del 70% en número de socios, la triplicación del presupuesto, 22 proyectos de innovación ejecutados y más de dos millones de euros atraídos a las empresas del clúster en subvenciones".

El lactosuero resulta de la coagulación de la leche en el proceso de fabricación del queso.

Lactosuero convertido en alimentación animal

El lactosuero es el líquido resultante de la coagulación de la leche en el proceso de fabricación del queso, considerado como un subproducto del que debe ocuparse un gestor de residuos. Hasta ahora, porque son diferentes los proyectos que están intentando buscar el camino para convertirlo en un producto generador de oportunidad de negocio para el sector.
Este es el objetivo de Go Lactovalor, el proyecto de innovación en el que ha colaborado Campag y en el que participan la Universidad de Zaragoza, a través del departamento de Veterinaria, Quesos Val de Broto, Defeder Alcolea, la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, UPA Aragón y Veraver Consulting. Una unión que trabajará en colaboración en un desarrollo piloto para convertir el lactosuero en alimentación para mascotas.
«Lo que se va a hacer es separar con diferentes membranas de diferente diámetro los distintos elementos de valor y subproductos para caracterizarlos y comprobar sus posibles aprovechamientos», señala el gerente del clúster aragonés C

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El azafrán, un cultivo con presencia en Aragón, está perdiendo terreno.

Azafrán que se produce en cultivos verticales

Se le conoce como el oro rojo. Y no es para menos. Esta especia tiene un alto valor de mercado, está considerada la más cara del mundo y cuesta cinco veces más que la vainilla o treinta más que el cardamomo. Y en el azafrán centra su mirada una de las iniciativas innovadoras impulsadas desde el Clúster Aragonés de los Medios de Producción Agrícolas y Ganaderos.
El proyecto lleva el nombre de Go Azafarm. Participan y colaboran Azafrán de Teruel La Carrasca, Z-Greens, Ingeniería y Montajes Tatoma, Campag, el CITA, Tecnalia, la Asociación de Cocineros de Aragón y la Asociación de Hostelería de Huesca. Y el objetivo es impulsar el cultivo del azafrán, pero no de su manera tradicional, en el campo; sino en un sistema vertical, en módulos confinados en cerrado «para optimizar el uso de espacio y recurso, y ofrecer una alternativa eficiente y sostenible para la producción», señala el clúster. Es una innovación en toda regla, porque hay que comenzar incluso desarrollando la metodología para conocer cómo se pueden y deben colocar las estanterías o cuáles son las necesidades de agua y de luz en esos espacios.

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La aplicación de la tecnología en el arado permite realizar labores de suelo más precisas.

Arados tecnológicos para una agricultura precisa

Desde el clúster Campag ya se había coordinado una proyecto de investigación en el que se estudiaba la viabilidad de desarrollar maquinaria de suelo que pudiera trabajar a diferentes profundidades. Llega ahora la segunda parte, con un proyecto innovador que se llama Go Varilabor que se basa en la adopción de tecnologías avanzadas en arados para optimizar y precisar las labores agrarias y mejorar la eficiencia en los trabajos en suelo.
Este proyecto, coordinado por Campag, cuenta con la participación de la agricultora Laura Domínguez de Agón, de Arados Fontan y Mecaplus y en él colaboran de forma externa Cetemet (Centro Tecnológico Metalmecánico y Transporte) para la investigación y aplicación de tecnologías como sensores de presión y sistemas hidráulicos.
Se trata ahora de realizar un prototipo funcional partiendo de aquella primera investigación realizada», explica el gerente del clúster, Juan Manuel Castell, que reconoce la necesidad avanzar hacia una agricultura de precisión que ya no solo es futuro sino que cada vez está más presente en el campo aragonés. 

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