Heraldo del Campo

Fruticultura

Aragón recupera una cosecha normal de fruta pero de pequeño calibre y poca salida al mercado

El producto se almacena en las cámaras tensionando los precios a la baja y el sector pide una retirada.

Unos trabajadores recogen fruta en una explotación de Osso de Cinca en Huesca.
Unos trabajadores recogen fruta en una explotación de Osso de Cinca en Huesca.
O. M.

Tras dos años de heladas en las que el sector frutícola apenas tuvo cosecha, Aragón ha vuelto a recuperar este año los volúmenes de una producción media, alrededor de las 600.000 toneladas. Es el doble que en las dos últimos años en los que las bajas temperaturas o el granizo redujeron a menos de la mitad la producción de fruta de hueso en la Comunidad.

El problema está ahora en el tamaño. Porque la sequía, la falta de agua para riego y las altas temperaturas adelantaron la maduración, pero también precipitaron el momento de la recogida, y entre uno y otro proceso la escasez de mano de obra impidió que se realizará de forma adecuada el aclareo. El resultado es que una gran parte de la producción tiene poco calibre –entre 60 y 65 mm de diámetro– y aunque la fruta de esta dimensión es muy apreciada en los mercados europeos, especialmente en Inglaterra, esta demanda exterior no es suficiente para dar salida a tal cantidad de producto, que, sin embargo, es rechazado por las centrales frutícolas porque el consumidor español prefiere melocotones, nectarinas o paraguayos de mayor tamaño.

"Arrastramos un stock de calibres pequeños desde el comienzo de campaña, especialmente en paraguayos, que no sabemos por qué apenas tienen demanda. Y toda esa fruta se está amontonando en los almacenes", explica Óscar Moret, fruticultor del Bajo Cinca y secretario provincial de UAGA-Huesca, que destaca que, además, se ha producido un solapamientos de la cosecha de Aragón y Cataluña –más adelantadas– con la de Murcia que llega algo más tardía y con la extremeña, que este año tiene más tamaño.

Comparativa de los distintos calibres de nectarinas y paraguayos.
Comparativa de los distintos calibres de nectarinas y paraguayos.
O. M.

Moret reconoce que no todos los productores están sufriendo esta situación. "Los hay que tienen calibres grandes", señala. Pero matiza que las consecuencias de la escasa salida al mercado de las frutas más pequeñas tendrá repercusiones para todos. Y el primer impacto será, adelanta el representante de UAGA, en los precios en origen. "Si los calibres pequeños se venden muy baratos arrastrarán a los de mayor tamaño", advierte Moret, que asegura que la preocupación del sector es que esta situación provoque una caída de alrededor de 10 céntimos en las cotizaciones que reciben los agricultores. "El precio en palets está ahora en 45 céntimos en kilo, por lo que en paraguayo vamos a perder dinero y en el resto de especies de fruta de hueso vamos a ir muy justos para alcanzar los costes de producción", añade.

Retirada para zumo

Para dar solución a esta inquietud, desde distintas organizaciones de productores, especialmente desde Cataluña, ya se ha solicitado al Ministerio de Agricultura una retirada la fruta más pequeña, un mecanismo de regulación que permite sacar del mercado, con ayuda pública, una parte de la producción para destinarla a la elaboración de frutos y enviarla posteriormente a los bancos de alimentos.

El sector aragonés apoya también esta propuesta. "Desde UAGA pedimos una reunión con el consejero de Agricultura, Joaquín Olona, pero como está en funciones no se ha llegado celebrar y como el nuevo Gobierno tampoco termina de formarse pues aquí estamos en un limbo", lamenta Moret.

El representante de la organización agraria en Huesca reconoce que el Ministerio que lidera Luis Planas tampoco está por la labor. De hecho, la directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Esperanza Orellana, ya remitió una carta al director general de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (Fepex) asegurando que en "este momento, para la fruta de hueso, los precios se sitúan por encima de la media tanto en origen como a salida de centro de acondicionamiento para la mayoría de los productos", por lo que "no queda justificada la actividad de una medida extraordinaria como la retirada".

Para Moret, el escenario sería muy distinto "si de verdad funcionara la ley de la cadena alimentaria los contratos y el precio de venta estarían encima de la mesa y se podría comprobar perfectamente que hay un exceso de oferta". Pero la realidad es muy distinta, denuncia, porque "nadie sabe cuánto stock tiene el vecino ni a qué precio está vendiendo".

Moret advierte que la fruta es una producto muy perecedero y no puede estar durante mucho tiempo en las cámaras. "Mucha de la fruta de la que está ahora almacenada y que todavía es comercial, en diez días ya no será adecuada para la venta", alerta este fruticultor, que explica que si no se toma una solución pronto, muchas cooperativas y almacenes tendrán que hacer hueco en sus instalaciones y terminarán por tirar la fruta para compostaje o para destinarlo a zumo a precio de saldo poniendo en peligro la viabilidad de la explotación.

De hecho, Moret afirma que se va a producir la paradoja de que este año teniendo producción, muchos agricultores van a ingresar menos dinero que el que obtuvieron el año pasado con las indemnizaciones del seguro agrario por los daños de las heladas, precisamente una campaña en la que batallaron, recuerda el fruticultor, para mejorar la viabilidad de dicha cobertura. "La reflexión que hay que hacer es que aquí tenemos un problema y de una u otra manera tendremos que abordarlo", puntualiza. 

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