Vivienda
Rehabilitación de casas de pueblo, un gran atractivo en auge en Aragón: "Son viviendas amplísimas"
Los arquitectos hablan de que los inmuebles antiguos de los pequeños municipios generan gran interés en la gente, tanto jóvenes como mayores, que quiere volver al entorno rural para teletrabajar.
Todos los pueblos tienen su encanto. Se encuentra, especialmente, en las construcciones antiguas. Las casas de los pequeños municipios están despertando cada vez más interés por parte de jóvenes y no tan jóvenes, que se lanzan a comprar algunas muy antiguas para rehabilitarlas y convertirlas en una primera residencia gracias a la opción del teletrabajo.
Un ejemplo ya conocido en la Comunidad es el del arquitecto y máster en Conservación del Patrimonio Histórico por la Universidad de Columbia, Alberto Sánchez y su proyecto de recuperación de una vivienda en el pueblo de Used. En su caso, es una casa solariega que posiblemente date del XVIII, con una fachada del siglo XX. Su incansable trabajo, día a día, permite mantener este icono del pueblo y restaurarlo para devolverle el esplendor que en su día tuvo.
Precisamente, este arquitecto ha formado una asociación junto a otros compañeros de profesión que imparte talleres sobre construcción tradicional (@asociacionfuset). "En ellos, muchísimos propietarios que vienen son gente que han comprado casas en los pueblos para rehabilitarlas e irse allí a vivir o a teletrabajar", explica Alberto Sánchez. Es el caso de dos zaragozanos que también organizan estas actividades, como Guillermo Bosque y Juan Fernando Marchan, que adquirieron una casa de 1.000 m2 con tres plantas, también en Used, llamada La Lázara.
La recuperación del patrimonio histórico para hacer de los antiguos palacios casas habitables es una tendencia al alza. Y además, por parte de distintos perfiles, ya no solo jóvenes. Además, tienen intrahistorias de libro. Como la Casa de Montón -en el citado municipio-, un proyecto de la Asociación Ontinar Amigos de la Cultura, que han salvado de la demolición una casa solariega de los Franco de Bernabé del siglo XVIII. En este caso, el objetivo de la iniciativa de Miriam Estella es "recuperar un edificio histórico y emblemático de la localidad para el disfrute de toda la ciudadanía y visitantes y contribuir al desarrollo sociocultural y económico de la localidad para favorecer el asentamiento rural". En estos momentos buscan financiación y están estudiando diversas alternativas.
Este tipo de proyectos se reparten a lo largo de la provincia de Zaragoza. "Una de las cosas que más se comenta en los talleres y que más destacaría es el espacio. Son casas enormes", especifica Alberto Sánchez. Juanfer, de La Lázara, es empleado de una empresa americana de satélites y puede teletrabajar desde allí, explica este arquitecto. "Este tipo de casas-palacio te dan la posibilidad de diferenciar muy bien los espacios de trabajo con la cocina, por ejemplo. Las posibilidades con el espacio son increíbles", detalla.
Del mismo modo, este arquitecto zaragozano dice que el 'fachadismo' (al rehabilitar una casa, dejar la fachada y tirar todo lo demás) le quita el encanto a estos inmuebles históricos. "Te cargas los espacios interiores y acabas teniendo por dentro un piso de Zaragoza. Lo bonito es que estas casas te ofrezcan por dentro algo que en la ciudad ya no existe", asevera. Por ejemplo, a ver quién encuentra en cualquier barrio de la capital aragonesa una vivienda que tenga tres plantas, mil metros cuadrados, y con mucha variedad de espacios, luces y orientaciones inalcanzables en otros escenarios.
Aunque se trata de una vivienda construida de cero, el estudio Sebastián Arquitectos, junto con Alegría Colón, tiene también otro ejemplo de construcción en el medio rural respetando el patrimonio. En este caso, la denominada casa FT, en Maluenda, aprovechó un muro para utilizarlo como fachada de la vivienda.
Además, el inmueble de este matrimonio joven que apostó por volver al pueblo se construyó en una era bajo la Iglesia de Santas Justa y Rufina, con su imponente lienzo meridional mudéjar, y con el cual no se deseaba competir. "Todo lo contrario, construimos una casa patio como un tapiz , bajo y discreto a los pies de la Iglesia", manifiesta Sergio Sebastián. Las imágenes hablan por sí solas.
Ayudas a la rehabilitación
Una de las quejas de estos arquitectos con respecto a los proyectos de recuperación de estas casas históricas son las ayudas. El Gobierno de Aragón dispone de subvenciones para la rehabilitación, tanto por parte del Departamento de Industria como el de Vivienda, pero no son aptos para estas iniciativas. Así lo expresa Guillermo Bosque, uno de los encargados de la casa La Lázara, que intentó atenerse a estas ayudas el año pasado pero fue denegado.
"Estas ayudas están muy bien dotadas, pero tienen dos grandes problemas. Están pensadas desde la óptica de vivienda urbana, no desde las necesidades de una vivienda en el medio rural, porque muchos edificios ya existentes, antes de hacer cualquier actuación de mejora energética, precisan unas actuaciones previas de rehabilitación estructural", asegura Bosque. En este sentido, si las actuaciones deben tocar la estructura de la casa, o incluso abrir algún hueco para una ventana, la vivienda no será apta para la ayuda. "Acaban teniendo el efecto contrario. Conozco muchísimos arquitectos que al final abortan el proyecto porque las exigencias son incumplibles", dice Bosque. Además, critica que "son muy complejas", tanto que incluso el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza (Coaatz) tuvo que habilitar una oficina solo para poder explicar cómo funcionan estas subvenciones.
