El salario medio de España está muy alejado de su productividad

Cae al undécimo puesto en Europa y la brecha entre ambos se agranda pero se sitúa como el cuarto más alto en relación al PIB del país.

El salario medio alcanza máximos.
España es el país que exhibe la peor evolución de la productividad de la UE.
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Salario y productividad deberían ir de la mano, como una pareja bien avenida, pero, sin embargo, sus caminos se separan progresivamente y la brecha entre ambos es cada vez más elevada. Así lo advierte el IX Monitor Adecco sobre Salarios publicado este lunes, que pone en duda la sostenibilidad de los actuales niveles salariales en España, que, pese a tener fama de ser de los más bajos de Europa, están muy alejados de la competitividad de las empresas.

Mientras la remuneración en España sigue creciendo y se situó en 2022 por primera vez en la historia en los 1.822 euros brutos mensuales, 71 euros más que un año atrás, la productividad sigue siendo una de las asignaturas pendientes y su nivel de eficiencia se ha recortado 4,5 puntos porcentuales en el último año, según datos de Adecco.

Es más, España es el país que exhibe la peor evolución de la productividad de toda la Unión Europea en el último lustro. Concretamente, esta variable ha caído un 4,3% durante los años 2017-2022, el mayor recorte de los 27 y lejos del aumento de productividad del 35,6% que experimentó en este periodo Irlanda, del 18,6% registrado en Polonia y del 16% que logró Hungría. Significa esto que para alcanzar un mismo nivel de producción, ahora hacen falta más ocupados o que una misma plantilla produce menos que antes.

Debido a esta pérdida de competitividad, España cae cinco puestos en apenas un año y se sitúa en undécima posición de Europa como el país con mayor salario medio en proporción a su productividad media. Aquí, el sueldo medio equivale al 37,2% de la productividad (entendida como PIB real por persona ocupada), muy por debajo de Alemania (50,2%), Bulgaria (48,0%) y Austria (43,2%), que están a la cabeza. En cambio, Irlanda (21,7%) y Luxemburgo (24,4%) cuentan con los porcentajes más bajos. El estudio explica que, en general, los países con las proporciones más reducidas tienden a ser aquellos donde la productividad crece más rápido.

De esta forma, Adecco señala que en los últimos diez años se observa una brecha entre la subida de los salarios y el alza de la productividad en los países de la Unión Europea y advierte de que el crecimiento salarial sostenible durante largos períodos solo es posible cuando hay un crecimiento significativo de la productividad. En este sentido, el informe resalta que la desvinculación de los salarios de la productividad laboral explica por qué la participación del trabajo en la renta (la participación de la compensación laboral en el PIB) en muchos países sigue siendo sustancialmente inferior a la de la década de 1990.

Fuerte alza del salario mínimo

Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute, avisa que "un incremento en los salarios, para ser sostenible, debe estar acompañado por un incremento en la producción", ya que, de lo contrario, la subida de las remuneraciones se hace a costa de reducir los márgenes comerciales, lo que "implica menor capacidad de inversión y dificulta la recuperación de la productividad en una suerte de círculo vicioso".

En cambio, el salario medio en España sí se encuentra alineado con el nivel de riqueza de su economía. España, aunque ha caído un puesto en el último año, tiene la cuarta relación más alta entre el salario medio y el PIB por habitante. La remuneración española se sitúa en el 78,5% de su riqueza per cápita, un porcentaje que solo supera Alemania (81,8%), Italia (80,5%) y Francia (80%).

La posición del salario medio español con relación al PIB per cápita es superior, por tanto, a la de Bélgica (76,8%), Austria (71,9%), Dinamarca (67,3%), Holanda (66,9%), Polonia (65%) y Portugal (59,5%), además de otros 18 países. Las dos relaciones más bajas corresponden a Luxemburgo (37,4%) e Irlanda (37,3%).

De igual manera, España es el octavo país de Europa en el que el salario mínimo, situado en 1.080 euros al mes repartidos en 14 pagas, es mayor en proporción al salario medio y se sitúa en el 59,3% tras los fuertes incrementos experimentados en los últimos años, a 2,6 puntos porcentuales de Eslovenia (61,9%), que es el país que obtiene la relación más alta.

Solo hay cuatro comunidades autónomas donde el salario mínimo equivale a menos del 60% de la remuneración promedio (Madrid, el País Vasco, Navarra y Cataluña), que es el objetivo que se había marcado el Gobierno para cumplir con lo recomendado por la Carta Social Europea.

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