Rehabilitación de viviendas
Fiebre del cambio de ventanas en Zaragoza: “Ha habido una demanda brutal”
El clima de la capital aragonesa, junto a las ayudas de rehabilitación, han incitado a que mucha gente renueve esta parte de la casa.
Si alguno de ustedes vive en Zaragoza, habrá podido comprobarlo de primera mano. “Tenemos el sofá delante de la ventana y en invierno es imposible estar allí. Entra el aire por las rendijas y hace todavía más frío que en el resto de la casa”. Seguro que esa frase le suena familiar. Lo dice Juan Vallés, un joven de 23 años que vive de alquiler con tres amigos más en un bloque que no tiene ningún edificio delante. El clima de la capital aragonesa, con su particular cierzo, hace que ese elemento acristalado que nos asoma al mundo tome una importancia mayor.
Esto es algo que confirma Manuel Castelló, de Ventanas y persianas Castelló, una empresa familiar con un largo recorrido en la capital aragonesa haciendo este tipo de operaciones. “La ventana es un elemento de la vivienda al que hace 20 años no se le daba nada de importancia. Si alguien podía ahorrar en una casa, lo hacía en los ventanales”, relata este socio. Asegura haber observado “un gran cambio” en la mentalidad de la gente, consciente de, además de la sostenibilidad, cómo puede impactar un buen aislamiento en la eficiencia energética y en el confort. “Ahora son igual de relevantes que el suelo, la puerta o las paredes”, añade.
“Nosotros llevamos muchos años trabajando muchísimo, pero hemos detectado una demanda brutal desde el año pasado, cuando se aprobaron las ayudas para la rehabilitación”, expresa Castelló. De hecho, pasaron de tener un mes y medio de demora para colocar las ventanas a tres meses. No daban abasto. “Ahora parece que se ha parado un poco porque se ha suspendido el plazo de estas subvenciones en Zaragoza”, expresa el socio de esta empresa familiar.
Esta fiebre por la ventana de calidad la confirman también desde el Colegio de Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Zaragoza (Coaatz). “Ha habido, sobre todo desde las dos últimas órdenes de ayuda, bastante ánimo por cambiarlas”, explica el gerente, Lucio de la Cruz. En concreto, han sido tramitados más de 2.000 expedientes solo para ventanas. Esto se debe a que, en la capital aragonesa, dos tercios de los edificios tienen casi 50 años. Su antigüedad hace que, además de que las fachadas no tengan aislamiento térmico, “las ventanas tienen un comportamiento bastante malo en este aspecto. Cambiarlas por unas nuevas puede suponer un cambio muy significante”, añade De la Cruz.
¿Cuánto puede costar cambiar las ventanas de casa por unas nuevas? La inversión, aunque depende de muchos factores, Lucio de la Cruz la estima entre 7.000 y 8.000 euros. “Con esto podemos conseguir un ahorro en la factura de entre un 6% y un 10%”, explica, una cantidad razonable teniendo en cuenta que tan solo se trata de las cristaleras. Esto muestra que tener una vivienda sostenible y eficiente puede realmente marcar la diferencia en una inversión.
Además del aspecto económico, Lucio de la Cruz destaca otros dos igual de importantes. El primero de ellos es el aislamiento acústico, que incluso "podría doblarse" con una buena ventana. No obstante, en según qué lugares de la ciudad este problema puede persistir, como en el Casco Histórico, donde muchos pisos están devaluándose por el ruido y algunos vecinos han blindado sus viviendas sin suerte.
Otro elemento a destacar es, principalmente, el aislamiento térmico. "Una ventana antigua de vidrio simple puede tener una transmitancia -que determina la cantidad de calor que se intercambia con el ambiente exterior- de 5W/m2K, las de hoy tienen que ser inferiores a 1,8W/m2K por normativa. Es tres veces mejor", explica el gerente del Coaatz. En definitiva, entra menos calor o frío.
Del mismo modo, el tema de confort dentro de la propia casa está presente. "El cuerpo siente la radiación de las paredes y la ventana. Si tienes una con vidrio triple, el de dentro no está tan frío, y la sensación del confort mejora de una forma tremenda", dice De la Cruz. Relacionada está también la permeabilidad, ya que las cristaleras antiguas "no son estancas", por lo que entra mucho aire, mientras que las nuevas deben cumplir cierto grado.
Existe, además, otra ventaja en cuanto a las reformas de ventanas, detalla el gerente del Coaatz. "Hay unas ayudas del 40% de la inversión en las ventanas con un máximo de 3.000 euros. Si te gastas 8.000 euros, te dan 3.000 a fondo perdido, se te quedan en 5.000", explica. De este modo, si cambiando los ventanales se consigue un ahorro del 7%, "algo fácil", Hacienda te da una deducción, por lo que se convierte en una inversión rentable teniendo en cuenta la rebaja en la factura de calefacción. "En Zaragoza ha habido una avalancha en estas peticiones. La primera parte de estos fondos europeos se ha suspendido porque han agotado el presupuesto", asevera De la Cruz, quien espera que, cuando se reciba más dinero, se abran nuevas líneas. Del mismo modo, Zaragoza Vivienda tiene su propia línea de subvenciones para este tipo de actuaciones menores.
¿Qué tipos de ventana hay? ¿Cuál es mejor?
Hay tres tipos de marcos de ventana en el mercado ahora mismo: de PVC, de aluminio y de madera. Estas últimas son las menos comunes.
La mejor depende del tipo de edificio que sea, de la fachada, de las ventanas actuales que haya y si se puede aprovechar al menos el marco... En definitiva, según explican desde el Coaatz, los más usados son el de PVC y el de aluminio, que tienen características similares. Una tiene más reciclabilidad, la otra puede tener más aislamiento. Lo mejor es consultarlo con un experto.
Respecto al cristal, ahora mismo se colocan vidrios dobles y triples. "Los cristales que se suelen instalar tienen uno de los vidrios bajo emisivo, y dentro de la cámara si quieres darle más aislamiento le colocas gas argon", explican.
