Política comunitaria

Unos 40.000 aragoneses pueden ya solicitar las ayudas de la "nueva y farragosa PAC"

El director general de Producción Agraria reconoce que la campaña «es un reto para el sector y la Administración». El Gobierno incluye excepcionalidades a la exigencias del Plan Estratégico Nacional.

Un momento de la cosecha de cereal de invierno en una finca de Visiedo (Teruel).
Un momento de la cosecha de cereal de invierno en una finca de Visiedo (Teruel).
Red Arax

Los agricultores y ganaderos aragoneses no han perdido de vista las exigencias de la nueva Política Agraria Común desde que el pasado 31 de agosto Bruselas diera el visto bueno al Plan Estratégico Nacional que diseña la aplicación de la reforma de la PAC en España. Pero es ahora cuando llega el momento de la verdad. El periodo para la presentación de las solicitudes de ayudas acaba de comenzar y se prolongará hasta el próximo 31 de mayo.

Durante ese periodo serán cerca de 40.000 los perceptores que tendrán que declarar las prácticas realizadas para acceder a los apoyos que llegan desde las arcas comunitarias y que en Aragón rozan los 400 millones de euros. De ellos, son alrededor de 36.000 los que cada año perciben pagos, una cifra que este año incluso podría descender, bien porque no acaben cumpliendo la condición de agricultor activo, bien porque acaben haciendo cesión de derechos o porque haya una división de las explotaciones. «Es la gran incógnita que tenemos ahora mismo. Hay una cierta incertidumbre en torno a estas cifras, aunque creo que nos moveremos en torno a los datos de años anteriores», explica José María Salamero, director general de Producción Agraria de la consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.

Salamero reconoce que la campaña «va a ser complicada» porque la PAC que ha entrado en vigor en este 2023 es «novedosa y farragosa», lo que supone un reto no solo para el sector sino también para la propia Administración. El director general afirma que «los perceptores están inquietos», pero asegura que «en general ya comienzan a tener las cosas más claras y se muestra convencido de que un amplio porcentaje de los solicitantes de las ayudas «va a encajar bien las nuevas exigencias».

También el Gobierno de Aragón tendrá que hacer esfuerzos, porque la nueva PAC llega con cambios en la gestión. Por eso, Salamero explica que el Departamento está evaluando cuáles son los puntos críticos que hay que reforzar. «Desde el punto de vista administrativo la digitalización es un reto importante, pero entendemos que al final acabará facilitando la gestión también por parte de los agricultores», señala.

Una de las principales novedades de esta campaña son los llamados ecorregímenes, que tienen como objetivo incentivar y remunerar prácticas agrícolas y ganaderas beneficiosas para el medio ambiente. Son voluntarios, pero de ellos dependen gran parte de los cobros ya que representan el 23% del presupuesto total de las ayudas directas.

Excepcionalidades

España optó en su plan nacional por establecer nueve ecorregímenes, en los que ha permitido cierta flexibilización para adaptar sus exigencias a la realidad del sector de cada comunidad. No fue Aragón una de las que decidió con mayor rapidez las excepcionalidades que se aplicarán en esta campaña y mientras la mayoría de las regiones españolas las anunciaba ya en noviembre, los perceptores aragoneses tuvieron que esperar hasta el mes de febrero para que la consejería de Agricultura moviera ficha. «En Aragón se tomó la decisión de que mientras la normativa no estuviera clara y publicada era un poco arriesgado aprobar excepcionalidades y es lo que hemos hecho», explica Salamero.

Y ahí están. En pastos se ha reducido la carga ganadera –tanto en pastos húmedos como mediterráneos– y se ha rebajado de 120 a 90 los días de pastoreo extensivo. Se ha decidido además que no podrá haber siega ni aprovechamiento de pastos durante 60 días, que se concentran en los meses de julio y agosto. «La expcepcionalidad a la obligación que incluye dicho ecorrégimen, con la que se pretende que haya un periodo en el que el pasto esté sin aprovechamiento para favorecer el ciclo de los lepidópteros (mariposas), ha sido una decisión un tanto complicada en nuestro territorio», reconoce el director general.

Hay excepción también en el ecorrégimen de rotación de cultivos con especies mejorantes. El Ministerio obligaba al 50% de superficie en rotación con la posibilidad de que fuera el 25% si se tenía plantas plurianuales y leguminosas, pero Aragón ha optado por extender a todo el territorio una rotación del 25%. También hay cambios en el ecoesquema de barbecho, en el que el límite establecido por el Ministerio era del 20% para la mayoría de Aragón, que podía llegar hasta el 40% para las comarcas agrarias más áridas (Monegros, Zaragoza, Caspe y Bajo Cinca). Con la excepción aragonesa todo el territorio de la Comunidad puede llegar al 40% de barbecho.

Aragón permitirá solo labores superficiales en las cubiertas vegetales, sembradas o espontáneas, tanto inertes como de los cultivos permanentes, siempre que estas no queden enterradas. Además, la cubierta vegetal viva habrá que fijarla durante dos meses y estos serán, según las excepción establecida de la consejería, diciembre y enero.

Monitoring

Si la campaña de solicitud de ayudas va a ser «novedosa», la metodología de control del cumplimiento de la nueva PAC llega «con un cambio radical», señala Salamero, que destaca, sin embargo, que las técnicas ya se han ido aplicando en los dos últimos años en algunas zonas y ahora se implantarán en toda la Comunidad.

Para ello se utilizará el «monitoring», para que el que se utilizan análisis espectrales de imágenes obtenidas por satélite. «Cuando se trate de lo que se conocen como requisitos no monitorizables, tendremos que seguir realizando el habitual plan de control, pero en esta campaña el volumen de controles sobre el terreno va a ser mucho menor», matiza Salamero.

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