La banca critica la alarma social por las hipotecas: "Tipos del 4% son sanísimos"

El Banco de España no ve señales de alarma, pero sí detecta un menor dinamismo del mercado ante la caída de la renta real de las familias.

Las hipotecas seguirán subiendo.
El Banco de España no ve señales de alarma respecto a las hipotecas.
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El sector financiero y el inmobiliario se resisten a las previsiones que apuntan a una caída de la actividad y al incremento del riesgo de impago entre sus clientes hipotecados a tipo variable. El presidente de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), Santos González, solicitó este martes rebajar el tono a aquellos que califican el entorno de subidas de los tipos de interés como "apocalíptico". Asegura que un mercado hipotecario en un entorno de tipos "del 2%, el 3% o el 4%" es perfectamente normal y "sanísimo".

Es decir, consideran que ni la subida de los precios inmobiliarios ni el repunte de las cuotas hipotecarias -con el euríbor ya muy cerca del 3%- está siendo desmesurado. "No debemos sacar las cosas de quicio", aseguró durante la jornada '40 años del Mercado Hipotecario. Tendencias y Retos del Sector' organizada por Sociedad de Tasación.

La misma idea defendió el secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Javier Rodríguez Pellitero, que criticó que "los problemas de los ciudadanos no derivan principalmente de la subida de los tipos de interés", insistiendo en que tasas entre el 2% y el 4% no son excesivamente elevadas.

Es cierto que desde una perspectiva histórica, la reciente subida de tipos acometida por el BCE es más una normalización monetaria que un fuerte endurecimiento de la misma. No obstante, la velocidad a la que la tasa de referencia ha llegado ahora al 2% también ha sido histórica, pillando por sorpresa a muchos hipotecados a tipo variable que en los próximos meses verán cómo sus cuotas se encarecen de forma abrupta.

De hecho, el sector sigue negociando con el Gobierno para tomar nuevas medidas de protección para estos clientes, más allá del actual Código de Buenas Prácticas. Pero las conversaciones se han paralizado en las últimas semanas, ante la evidencia de que la tasa de morosidad no está repuntando, sino todo lo contrario, y que la cartera de clientes en mayores apuros está muy limitada a los contratos firmados en los últimos cuatro o cinco años.

Con esta evidencia, desde el sector critican la mala prensa que tienen actualmente las hipotecas. Y aunque reconocen que esta situación también derivada de años de malas prácticas durante la anterior crisis financiera (cuando el crédito fluía con alegría entre clientes con niveles de riesgo elevados), advierten que el verdadero riesgo es que "aun no existiendo un problema, la reacción de la clase política es mirar a la hipoteca y decir 'qué vas a hacer tú para solventar este problema?'".

La industria financiera se muestra confiada en que, pese a la posible ralentización del mercado inmobiliario, no se observan aún graves señales de alarma en torno a la actividad. Ni tampoco sobre los precios. "Hay que relacionar el riesgo de estos cambios de ciclo con la calidad de la demanda de los últimos 8 años. Y lo que vemos es un un perfil mucho más solvente. No ha entrado el cliente joven; ni tampoco el mileurista, porque las políticas de riesgo de los bancos no lo permiten, así que estamos ante un punto de partida privilegiado para enfrentarnos a este cambio de ciclo", aseguran.

Desde el Banco de España tampoco consideran que la situación sea grave. No obstante, sí observan indicios de ralentización que seguirá muy de cerca en los próximos meses. Durante su intervención en el evento, la subgobernadora de la institución, Margarita Delgado, advirtió de cierta desaceleración ante el "agotamiento" de la oferta y la demanda desde los elevados niveles de 2021 y el adverso contexto macrofinanciero actual, "caracterizado por el aumento de los tipos de interés vinculado a la normalización de la política monetaria".

Delgado llamó la atención también sobre el impacto que puede tener en el sector la "pérdida de renta real de las familias por la persistencia de la inflación en niveles elevados y el deterioro de su confianza y de sus perspectivas económicas".

La subgobernadora indicó que, si estos factores adversos sobre la demanda se acentúan en los próximos meses, la caída de la actividad podría intensificarse.

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