Gonzalo García: "Cuando la banca lo necesitó, entonces la sociedad arrimó el hombro para ayudar"

El secretario de Estado de Economía considera "urgente" el pacto para moderar salarios y beneficios, aunque las empresas tengan la "tentación" de aumentar sus márgenes.

Gonzalo García Andrés
Gonzalo García Andrés
@Congreso_Es

El mismo día y a la misma hora en la que se hacen públicos los datos de inflación de julio y crecimiento del segundo trimestre -una de cal y una de arena-, el número dos de Economía, Gonzalo García Andrés (Madrid, 1973) analiza para este periódico el impacto de la escalada de precios. Lo contrapone al fuerte repunte del PIB y anticipa cómo ve la evolución de España tras el verano ante las amenazas de cortes energéticos y desaceleración.

-Los precios suben ya casi un 11%. No parece haber tregua...

-Ya anticipábamos que en los meses de verano la inflación se iba a mantener elevada. En julio del año pasado se produjo una caída de ocho décimas como consecuencia de las medidas que ya empezó a adoptar el Gobierno en junio, lo que deriva en un efecto base que hace subir la inflación. Porque los precios han bajado dos décimas este mes frente al anterior, pero han bajado menos que el año pasado; por tanto, la inflación interanual ha subido. También es verdad que ya hay algunas señales que apuntan a una bajada a partir del otoño y a que se profundice en la parte final del año.

-Habla de señales. ¿Cuáles son?

-Por un lado, que han bajado los precios de los carburantes y, por otro, los precios internacionales de las materias primas. En las últimas semanas estamos viendo que están ya descendiendo estas materias primas clave, dado que el origen de este episodio de inflación es justamente ese aumento generalizado en los precios de las materias primas y el efecto que ha tenido esto en los costes de las empresas, los energéticos, los materiales de construcción, los fertilizantes que se utilizan para producir alimentos... Estamos viendo ya una moderación de esos precios a nivel internacional que naturalmente se va a ir traduciendo en una moderación de los precios a nivel doméstico.

-¿Cuánto tiempo puede aguantar España con estos precios desbocados?

-La capacidad de resistencia y solidez de la economía viene evidenciada por los datos que hemos conocido esta semana, tanto de la evolución del PIB como los de empleo. Estamos en una situación sólida para afrontar este problema de inflación, que es el principal que tenemos. Por eso, debemos tener confianza en los registros que muestran que el tejido empresarial está sólido, es solvente, se está contratando, se está invirtiendo y, además, las familias cuentan con empleo, con salarios y con estabilidad. Sobre todo para que podamos afrontar los trimestres que vienen, que son complejos. Y que, además, estamos viendo por las previsiones de todos los organismos internacionales que va a suponer un menor crecimiento y una inflación más alta durante más tiempo de lo que habíamos anticipado. Pero España está en una posición sólida para afrontarla.

-¿Trimestres de crisis? ¿Eso es a lo que nos enfrentamos?

-Hemos aguantado alguna situación mucho peor, como ha sido la de la pandemia. Y hemos visto que si se toman las medidas adecuadas hemos podido salir más rápido, de manera más equilibrada y, sobre todo, con un patrón más sostenible, más justo y más centrado en el empleo y en la recuperación de las rentas salariales. La inflación es un desafío muy difícil, pero tenemos las condiciones, tanto por la política económica como por la responsabilidad de los agentes sociales, para poder también superar este episodio.

-¿No tiene miedo a que esta situación de crecimiento se diluya como un azucarillo a la vuelta del verano?

-No, no se va a diluir, por supuesto. Y yo creo que eso lo hemos incorporado en las previsiones. Entra dentro de la lógica que estos ritmos de crecimiento del PIB y del empleo se puedan moderar. Aquí lo importante no es tanto que crezcamos un poco más o menos ante una situación que no controlamos como la que tenemos en este momento, sino que con la política económica y las fortalezas de la economía española sigamos en esa senda de crecimiento.

-La inflación tiene su origen en la energía, pero es que ya se ha trasladado a toda la cesta de la compra de los ciudadanos.

-Lo que ocurre ahora es que se están trasladando los incrementos de costes a los precios. Con la utilización, que es muy generalizada, de la electricidad y también de los carburantes, ese aumento de costes ha sido también generalizado. Por eso, ahora es muy importante distinguir entre este efecto, un aumento de costes que viene por un incremento exógeno de los precios de las materias primas, de lo que podrían ser efectos de segunda ronda que ya están ligados a la reacción de los agentes económicos a ese aumento de costes. Por ahora no tenemos evidencia de que se estén produciendo. Y es muy importante que logremos evitarlos con un pacto de rentas.

-¿Para cuándo ese acuerdo?

-Es necesario cerrarlo a la vuelta del verano con urgencia para evitar esos efectos de segunda ronda y para que el descenso que se va a producir en la inflación sea lo más rápido y lo más sostenible posible. Eso tiene que ver con los márgenes empresariales y con otras rentas del capital. Por supuesto, yo estoy seguro de que los sindicatos también entienden esta situación con moderación del crecimiento salarial. Y hacerlo, además, con un periodo más amplio es posible.

-¿Pero cómo se puede actuar sobre los beneficios empresariales desde una ley?

-En una situación en la que hay sectores en los que la demanda se ha recuperado muy fuerte, es fundamental un compromiso de estabilidad de los márgenes de algunas empresas. La tentación que pueden tener, sobre todo después de la etapa muy dura de la pandemia, es la de ampliarlos. Pero esa sería una decisión de corto plazo e insostenible. Se trata de mirar un poco hacia el futuro y no tratar de obtener las ganancias que pueden derivar en algunos casos de la situación que estamos afrontando.

-Las fuerzas del Gobierno han presentado ya la proposición para gravar los ingresos de bancos y eléctricas. ¿Era el momento?

-Confiamos que entienden la excepcionalidad de la situación, el carácter temporal de esta contribución y que es importante que todos arrimemos el hombro. En el caso de la banca y cuando lo ha necesitado, creo que el conjunto de la sociedad, por estabilidad, por lo importante que es la actividad bancaria, ha arrimado el hombro. Ahora lo que se les pide a ellos es una contribución. Es justo y la gente lo entiende.

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