La lacra de los accidentes

La siniestralidad laboral en Aragón no deja de crecer: 2018 cerró con 36 fallecidos en accidentes de trabajo, siete más que el año anterior.

Trabajadores de la construcción en una obra
Trabajadores de la construcción en una obra
HERALDO

Aragón cerró 2018 con 36 muertos en accidentes laborales, siete más que el año anterior. La Administración, junto con los sindicatos y los empresarios, han de tomar medidas para frenar esta lamentable estadística. La modernización de nuestra región implica también una reducción de los accidentes laborales.

La Comunidad registró en 2018 un total de 17.680 accidentes laborales, 15.580 en jornada de trabajo y 2.100 más al ir o volver del puesto, es decir, ‘in itinere’, lo que supone que 48 trabajadores se accidentan cada día. En total, los fallecidos fueron 36 frente a los 29 del año anterior. Hubo un accidente laboral mortal menos en jornada que el año anterior (25), pero el incremento registrado en la cifra de muertos se debió a los fallecidos ‘in itinere’, al pasar de 3 en 2017 a 11 este pasado ejercicio. La siniestralidad laboral ha ido aumentando con la recuperación económica, aunque las bajas lo han hecho de forma más acelerada que el empleo. Según Daniel Alastuey, secretario general de UGT Aragón, mientras los accidentes laborales han aumentado un 33,56% más en estos años, la creación de empleo solo se ha incrementado un 11%; es decir, la siniestralidad crece a un ritmo tres veces mayor que la actividad económica. Los sindicatos destacan la precarización de las condiciones de trabajo como causa del aumento. Las Administraciones, sin un diagnóstico claro, apuntan a una mejora de los controles y un incremento de las campañas de formación. Mientras, la patronal señala el aumento de la actividad económica.

Aragón, España y la Unión Europea tienen, pues, un problema que resolver con urgencia, dados sus costes humanos y económicos. Más que nuevas leyes, hace falta que se hagan cumplir las que hay. Son necesarios más inspectores y, antes que nada, generar una cultura de la prevención y un nuevo entorno laboral con más esfuerzo en formación y control.