Es la hora de la siesta -o de cualquier otro evento- y suena el teléfono. Una operadora ofrece megas a precio reducido si quien ha tenido a bien descolgar acepta cambiar de compañía telefónica. Esta situación se repite en septiembre, cuando las empresas del sector sacan todas sus ofertas a relucir para captar nuevos adeptos entre los clientes de la competencia, y lo hacen a través de llamadas y SMS. Estas comunicaciones resultan molestas para una parte de la población, que se siente acosada por el gran número de proposiciones y descuentos que recibe de manera habitual sin haberlas solicitado.

En este escenario, protagonizado por el grupo Másmóvil -integrado por MásMóvil, Yoigo, Pepephone y LLamaya-, Movistar, Orange -y su marca 'low cost' Simyo- y Vodafone -también como Lowi en su versión económica-, muchos son los ciudadanos que desean encontrar una solución para evitar recibir más llamadas indeseadas.

La 'lista Robinson'

El Reglamento General de Protección de Datos, que entró en vigor el pasado 25 de mayo de 2018, tiene como objetivo otorgar a los ciudadanos un mayor control sobre el uso externo de sus datos personales. Por eso, actualmente, las operadoras móviles necesitan el consentimiento explícito de los consumidores para acceder a su número de teléfono móvil, autorización que, a veces, los usuarios aceptan a través de alguna cláusula por desconocimiento.

Pero, para evitar recibir este tipo de comunicaciones comerciales, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) creó hace casi una década la denominada 'lista Robinson', un servicio que permite inscribirse para no volver a recibir publicidad a través de llamadas, SMS, MMS o correos electrónicos. Las empresas están obligadas a revisar este fichero de exclusión a la hora de lanzar sus campañas publicitarias.

Otra de las maneras de anular estas comunicaciones, más costosa en tiempo, es a través de cada una de las distintas compañías.