Bopepor invertirá 11 millones para ampliar su planta de Gallur y creará 100 nuevos empleos

La cárnica, especializada en producción de cochinillo, modernizará su línea de matanza y construirá un nuevo matadero y una sala de despiece para cerdo grande.

Instalaciones de Bopepor en Gallur.
El consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, durante su visita a las instalaciones de Bopepor en Gallur.
DGA

Bopepor, la empresa aragonesa especializada en la producción y comercialización de cochinillo en vivo, entero y en despiece, amplía sus instalaciones, situadas en la localidad zaragozana de Gallur, donde nació hace ya más de dos décadas. Para ello invertirá 11 millones de euros en la renovación y modernización de su línea de matanza así como en la construcción de un matadero y una línea de despiece para cerdo grande.

El grupo cárnico, que integra a seis empresas y alcanza una facturación de 35 millones de euros, tiene previsto comenzar la construcción de las nuevas instalaciones con la llegada del nuevo año, con el fin de las mismas puedan estar operativas en 2021. Y una vez terminadas supondrán la creación de unos 100 nuevos empleos, con los que casi se duplicará su actual plantilla que suma más de un centenar de trabajadores. Sus responsables prevén además que esta ampliación les permita sacrificar 400.000 cerdos al año.

Los datos los ofreció ayer el director financiero de la compañía, Fermín Pérez, durante la visita que el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón realizó a las instalaciones de esta empresa de origen familiar que nació en 1997 y que controla todo el proceso productivo de su porcino, ya que Bopepor dispone de granjas propias, matadero, sala de despiece y almacén frigorífico. Pérez recordó que la empresa no ha dejado de crecer y mejorar sus procesos en los últimos años. Su última inversión la materializó el pasado mes de septiembre con la inauguración de su granja Las Lindes, situada en el término municipal de Magallón –apenas a cuatro kilómetros de la empresa– y con capacidad para 2.500 cerdas reproductoras. Unas instalaciones, dotadas de las tecnologías más avanzadas a nivel de alimentación, de sanidad, de tratamiento de aguas, de bienestar animal y de respeto medioambiental, en las que se invirtieron 4,5 millones de euros.

La empresa cuenta actualmente con un matadero de cochinillos de 2.000 metros cuadrados, con una capacidad máxima de sacrificio de 5.000 animales diarios. Dispone además de una sala de despiece de 2.500 metros cuadrados, en la que se combinan la aplicación de la alta tecnología en robótica con el hacer tradicional de su equipo humano e integra además en sus instalaciones de Gallur un almacén con capacidad para 2.450 palets dotado de un sistema completo de seguimiento de trazabilidad.

Innovación y exportación

Durante su visita a Bopepor, el consejero de Desarrollo Rural pudo degustar uno de los productos estrella de Bopepor. Se llama Kobuty y, como detalló Pérez, se trata de un cochinillo listo para asar tanto en un horno doméstico o en un horno profesional de última generación y cuyo resultado final es «fantástico» tanto si lo cocina un experto de los fogones como si lo hace alguien a quien no se le da nada bien la cocina. «Es un producto innovador, de genética especial, que tiene tras de sí más de cuatro largos años de intensos estudios», señaló el director financiero. Además, puntualizó, la alimentación de estos animales es 100% natural y la empresa trabaja con los últimos avances tecnológicos para garantizar la máxima calidad del producto envasado.

Si la innovación es unos de sus pilares fundamentales, su internacionalización es una de sus señas de identidad. De hecho, la empresa de Gallur se ha convertido en uno de los líderes mundial de la producción de cochinillo. Y lo ha hecho conquistando los paladares de los consumidores de más 50 mercados de todo el mundo, especialmente en países terceros (fuera de las fronteras de la Unión Europea). Unos mercados entre los que destacan China, Rusia, Singapur, Hong Kong, Japón o Vietnam donde existen una exigentes y rígidas normativas sanitarias para las que la cárnica gallurana cuenta con todo tipo de homologaciones.

Tras su visita a las instalaciones, Olona calificó a Bopepor de «empresa ejemplar», tanto «por su capacidad para internacionalizarse, para crear empleo de calidad y generar valor añadido en el medio rural» como por su responsabilidad social corporativa.

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