Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Cómo afectaría al sector agrícola y ganadero la llegada de los robots?

El sector no teme por la pérdida de puestos de trabajo, sino que cree que es una oportunidad para mejorar sus condiciones laborales. También asegura que el cambio solo es posible si se aboga por invertir en formación.

La primera granja autónoma ya es una realidad. La empresa Iron Ox ha decidido aprovechar los avances de las ciencias botánicas y de la inteligencia artificial para crear Angus, un robot que produce lechuga, col y hierbas como la albahaca, el cilantro y el cebollino mediante una serie de máquinas que cultivan, manipulan y atienden el cultivo hipodrónico, supervisadas a su vez por un programa informático llamado The Brain. De esta forma, la producción en esta planta está completamente automatizada y, por tanto, se cultiva prescindiendo de la mano de obra convencional.

“No nos podemos oponer al futuro -declara Fernando Luna, presidente de Asaja Huesca-, y las granjas autónomas son una realidad que llegará muy pronto, tenemos que prepararnos para ello”.

En la actualidad, tanto la agricultura como la ganadería se aprovechan ya de los avances tecnológicos, mecanizando, por ejemplo, algunos procesos, como la recogida de la uva o de otras muchas frutas, que en el siglo pasado se hacía ‘a mano’. “Gracias a la maquinaria agrícola con la que contamos hoy en día, nuestra labor se ha facilitado, aunque todavía pasamos muchas horas en la explotación”, narra el presidente de Asaja Huesca. Por este motivo, asegura: “No tenemos que tener miedo a la llegada de la tecnología, los humanos seguiremos siendo necesarios, aunque quizás pasemos menos tiempo en el campo, propiamente dicho, y tengamos otro tipo de tareas. Por lo que esto no debería de suponer una pérdida de empleo, sino una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los que nos dedicamos a ello”.

Así, se aboga por una reconversión del sector liderada por un cambio en la formación de los profesionales. “El sistema educativo tiene que formar a profesionales capaces de afrontar el cambio tecnológico”. Y es que tal y como lleva reclamando el sector desde hace años, la falta de cualificación ya es un problema a la hora de encontrar a personas que trabajen en el campo. “Ahora para llevar un tractor, por ejemplo, se necesitan unas ciertas nociones”, precisa Luna. Por este motivo, si no empezamos desde ya a mejorar este aspecto, en el momento en el que las granjas autónomas sean una realidad, tendremos un problema grave de escasez de operarios”. De este modo, si no se solventa esto, el sector agrario puede peligrar, ya que las explotaciones españolas, y concretamente las aragonesas, deben estar al nivel del resto para poder competir en las mismas condiciones. “La inversión en formación es fundamental para que el sector pueda seguir subsistiendo”.

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