Román Escolano: "El entorno exige más prudencia en la política presupuestaria"

El exministro de Economía cree que el plan de cuentas públicas del Gobierno del PSOE no es «apropiado» en un contexto de desaceleración económica y ante la previsible subida de tipos.

Román Escolano, el pasado martes en la redacción de HERALDO.
Román Escolano, el pasado martes en la redacción de HERALDO.
Oliver Duch

Ejerció como ministro de Economía solo 85 días. ¿Cuál es su balance de esa etapa?

Lo primero que tengo que decir es que, si bien breve, mi estancia como ministro fue un orgullo particular. Mi deber era aceptar el cargo cuando se me ofreció y por tanto tengo una enorme gratitud por la confianza que me dio el presidente Rajoy.

¿Llegó a dudar cuando se le ofreció?

No. En ningún momento.

¿Sabía que estaba en las quinielas?

Sí, como todo el mundo. Cuando recibo la llamada, no dudo. Considero que tengo una obligación como persona que tiene una vocación de servicio público y una trayectoria como funcionario público importante. Yo salgo del ministerio en un tiempo muy breve por las circunstancias políticas, pero con la cabeza alta de haber hecho algo sin pensar en un objetivo personal, sino en que podía servir al Estado. Al mismo tiempo no puedo dejar de decir que el tiempo fue tan breve que se quedaron en proyectos cosas que uno pudo haber hecho. Básicamente porque tres meses no dan para nada.

¿Pensó en su momento que la moción de censura que tumbó al Gobierno del Partido Popular iba a salir?

Durante toda la semana pensé que la moción de censura iba a tener un propósito fundamentalmente político, pero que no iba a salir. Incluso los primeros días de esa semana participé en comparecencias en el Congreso y mi impresión es que la moción no iba a tener los apoyos suficientes. Luego los acontecimientos fueron como fueron.

Tenía para los días siguientes una visita prevista a Aragón. ¡Tanto tiempo sin un ministro de la tierra y no pudo venir en el ejercicio de ese cargo!

Sí, la moción de censura fue un viernes y el lunes siguiente tenía prevista una visita a Zaragoza, a un acto con el ICEX en la Cámara, con entrevistas previstas con el presidente del Gobierno aragonés, los medios... Yo mismo había anunciado en mi toma de posesión que se celebraría una jornada sobre internacionalización. Me hacía especial ilusión que se hiciera en Zaragoza, que la ciudad fuera centro de discusión de temas de internacionalización, importantes para toda España. Y luego al día siguiente iba a ir a Teruel, quería que se supiera que se están haciendo cosas interesantes ahí, más aún siendo responsable de innovación y tecnología.

¿Qué opinión tiene de Nadia Calviño, su sucesora como ministra?

En lo personal solo puedo tener una excelente opinón, también como economista. La conocí con veintipocos años, fui su preparador en la oposición, y ya era una persona inteligente. Como ministra, su acción se encuadra en un Gobierno que tiene una política muy condicionada por una minoría parlamentaria y por unos socios con los que no comparto los mismos planteamientos.

¿Qué opina del plan de presupuestos del Gobierno del PSOE?

Los nuevos presupuestos, que todavía no se han presentado, tienen lugar en una situación en la cual el cuadro macroeconómico se está revisando ligeramente a la baja y en particular con un entorno exterior que está siendo menos positivo del que se pensaba en la primera mitad de año. Mi opinión es que todos los esfuerzos deben concentrarse en preservar el espacio fiscal, en mantener las cuentas públicas en parámetros de control presupuestario estrictos y no proceder a una subida de gasto ni una subida de impuestos. En estos momentos el ciclo no es el apropiado.

Es decir, no le gustan.

Este momento es para no proceder a subidas de gasto y para controlar muy de cerca la evolución del déficit público. En segundo lugar, creo que algunas de las estimaciones que se han hecho en función de los ingresos tienen que ser miradas con mucho cuidado.

¿Hasta dónde llegará la desaceleración?

El cuadro macroeconómico que yo mismo tuve ocasión de presentar en el mes de abril ya preveía una desaceleración del crecimiento. Desde entonces se ha consolidado la subida del petróleo, ha empeorado la economía europea y la internacional, todo hace que el entorno sea menos optimista, aunque la economía española está en una senda de crecimiento diferencial positivo con respecto a Europa. En este entorno más complejo y difícil se exige extremar la prudencia en la política prespuestaria. Los márgenes son escasos. España sigue teniendo que reducir el peso de su deuda de forma rápida si queremos que cuando empiecen a subir los tipos de interés a partir de 2019, y sobre todo 2020, podamos tener una posición más holgada. Hay que reducir la deuda y el espacio presupuestario que tenemos debemos dedicralo a controlar las cuentas públicas.

Como ministro estaba usted negociando una reforma de la Ley hipotecaria. ¿Qué le parece el lío del Supremo sobre quién debe pagar el impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD)?

En primer lugar he de decir que es importante para cualquier país la seguridad jurídica. Esto es un activo que un país abierto al exterior como es España tiene que cuidar de forma muy especial. En ese sentido, es muy importante que si existen cambios en la doctrina, se haga siempre con respeto a las reglas y tener en cuenta los elementos que afectan a la retroactividad. Dicho eso, me gustaría dejar claro que en España, y esto no siempre se tiene presente, el mercado hipotecario ha funcionado muy bien. Ha sido incluso uno de los mejores en el contexto europeo, lo que ha permitido que la clase media, de forma mayoritaria, sea propietaria de una vivienda.

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