La factoría más grande de Aragón volvió a poner en marcha este lunes sus líneas productivas y dejó atrás el verano. "El arranque se produjo con total normalidad ya en el turno de noche del domingo y no hubo falta de nada", manifestó Sara Martín, presidenta del comité de empresa de Opel Figueruelas, refiriéndose a que ya se han solucionado los problemas de suministro, de motorizaciones en la línea 2 la del Corsa registrados a final de julio y que obligaron a adelantar las vacaciones de parte de la plantilla. Por lo demás, dijo, los empleados se encontraron con "cambios en todas las naves, especialmente en la de Carrocerías y la nave 31 en la que se ha producido una reorganización del trabajo para hacer frente a la producción del nuevo Corsa" cuyo lanzamiento está previsto para noviembre de 2019.

"En los próximos meses los que han diseñado las operaciones para producir el nuevo modelo enseñarán a los operarios de la cadena de montaje cómo va a hacerse para que estos adquieran cierta habilidad" ya que a final de este año pasarán por línea los primeros prototipos. Mientras tanto, las ventas del Corsa actual van bien. "Está teniendo un final de vida mejor del que esperábamos", reconoció la máxima responsable del comité de empresa.

La puesta a punto

Aunque la mayoría de la plantilla de Figueruelas ha estado de vacaciones, unos 600 empleados han permanecido en la factoría zaragozana en agosto realizando trabajos de mejora de las instalaciones. Y unos 1.400 contratistas les han acompañado en esta labor a diario durante el cierre de verano.

David Romeral, director gerente del Clúster de la Automoción de Aragón (CAAR), destacó que los operarios de muchas auxiliares que trabajan para Opel han vuelto también al trabajo con las buenas expectativas que implica tener adjudicada la nueva generación del Corsa, así como su versión eléctrica 100% para 2020. "Solo el año pasado las inversiones de la industria auxiliar fueron de 120 millones. El 8% de incremento en producción que tuvo ese año la planta de Figueruelas que fabricó 35.000 vehículos más que en 2016 supuso aumentar en 1.500 trabajadores el empleo en proveedores. Esperamos que este año –en el que la demanda de coches sigue a buen ritmo y la propia Opel habla de la necesidad de un quinto turno– se produzca este mismo efecto tractor".

Previsiblemente en septiembre la dirección y los sindicatos de Opel Figueruelas tengan que negociar cómo implantar ese quinto turno, es decir, que se trabaje todos los fines de semana. Según recoge el convenio, todo exceso de jornada que rebase los dos sábados por la mañana al mes que contempla el convenio, tendrá que pactarse con la representación de los trabajadores. Durante los meses de agosto y septiembre, para solventar las mayores necesidades productivas en fin de semana, se ha contado con los empleados del turno de noche –que trabajan solo en la línea 1, en la que se ensamblan tres modelos de los cuatro que fabrica la planta zaragozana–, pero más allá de estos dos meses puntuales, se impone buscar una solución, reconocieron fuentes del sector. La solución, según las mismas fuentes, pasaría por crear un turno específico de fin de semana para generar más empleo y nuevos contratos, pero la posición del grupo PSA de reducir costes en todas las plantas de Opel no parece compatible con este planteamiento. Una vez más, el comité y la dirección de la factoría tendrán que emplearse a fondo con la negociación para poder sacar adelante ese quinto turno pactado.

Además, tendrán que hacerlo con el telón de fondo de unas elecciones sindicales para elegir nuevo comité de empresa cuya campaña, el último trimestre del año, se anticipa muy reñida ya que en enero la negociación para sacar adelante el convenio colectivo (en vigor hasta el 31 de diciembre de 2022) fue muy dura y finalmente logró el refrendo de la mayoría de la plantilla con 2.897 votos a favor frente a 2.008 en contra.